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DOCUMENTO 6436 NOTA OFICIAL DE BOLÍVAR AL EXCELENTÍSIMO SE­ÑOR MARISCAL DE CAMPO DON MELCHOR AYMERICH, PRESIDENTE DE QUITO, FECHADA EN BOGOTÁ EL 2 DE NOVIEMBRE DE 1821, POR LA CUAL LE EXPONE LA SITUACIÓN DE LOS PRISIONEROS DESPUÉS DE CAR ABOBO Y LE HACE PROPOSICIONES DE CANJE.*

Cuartel General del Pueblo de Bogotá, a 2 de noviembre de 1821.

REPÚBLICA DE COLOMBIA

Al Excmo. Señor Mariscal de Campo

Don Melchor Aymerich [1]

Presidente de Quito

Excmo. Señor:

En marcha para Pastos he tenido el honor de recibir la nota que en 26 de septiembre último se sirvió V.E. dirigir a S.E. el Vicepresidente de Cundinamarca contestando las proposiciones de canje que se le hicieron a favor del Señor Coronel Infante y demás Oficiales y tropa prisioneros de Quilcasé [2] .

Yo no hallo cómo conciliar las protestas que V.E. repite de sumisión al tratado de 27 de noviembre próximo pasado con las dificultades que por otra parte opone al canje. V.E. funda su negativa en la razón misma que más lo apoya, y que hace más honor al gobierno de la República. Si mi consideración y respeto por la humanidad y mis deseos de aliviar y hacer menos penosa la suerte de los prisioneros me han movido a concederles que pasen a la Habana [3] y a otros puntos ocupados por las armas españolas, confiando en la buena fe de su nación y debería este acto de generosidad influir más bien en que se tratase con igual liberalidad a los prisioneros de la República, antes que graduarlo de inconveniente para un canje, conforme en todo al Derecho de Gentes. V.E. sabrá que los prisioneros españoles tomados en La Guaira obtuvieron la gracia de reunirse en Puerto Cabello a los restos del ejército pacificador, bajo el compromiso de no tomar armas contra la República mientras no fuesen canjeados. Ellos no lo han sido ni pueden serlo porque el ejército pacificador no ha tomado ninguno. Los que hemos hecho en Bocachica [4] y Cartagena, bajo el mismo compromiso han precedido para la Habana y no para Portobelo, porque así lo prefirieron. En estas tres partidas están comprendidos cerca de 100 oficiales y más de 700 hombres de tropa. Además en nuestros depósitos de La Guaira y Caracas existen igual número de los oficiales aprehendidos en Carabobo y en todo el curso de la campaña y en Guayaquil se hallan los de la jornada de Yaguachi.

Nada parece más conforme a la buena fe y al decoro con que recíprocamente hemos tratado después de las conferencias de Trujillo y Santa Ana [5] , que ofrecer para el canje los oficiales y tropas que gozaban ya en cierto modo de este beneficio, y si hubiese de observarse una estricta proporción deberían ser los primeros los que han salido fuera del territorio de la República, porque ni a ellos ni a su nación les es honroso estar ligados con el juramento de no servir en una tan empeñada contienda.

Permítame ahora V.E. que le haga sentir la diferencia que hay entre mi conducta y la que V.E. se ha propuesto. El miserable suceso de Guachi ha hecho concebir a V.E. que el canje debe verificarse del modo más ventajoso a ese ejército, creyéndose autorizado para dictar las condiciones de él en perjuicio de la República y de los desgraciados oficiales que la suerte de la guerra ha puesto en su poder, mientras que la victoria de Carabobo y el completo triunfo sobre el ejército pacificador, la ocupación de las plazas de La Guaira, Cartagena y Cumaná y los castillos de Bocachica, lejos de inspkar un orgullo semejante en los Jefes de la República han obrado por el contrario para hacer menos dura la suerte de los militares españoles. Yo llamo la atención de V.E. a esta conside­ración no sólo para convencerle de la rectitud y pureza de mis sentimientos, enteramente conformes al espíritu de humanidad que dictó el tratado de Trujillo, sino para persuadir que si la conducta de V.E. me obliga a variar, y es V.E. y no la República la que debe responder de esta mutación y de las lamentables consecuencias que pueden seguirse.

Por conclusión yo renuevo y ratifico las proposiciones de canje iniciadas por S.E. el General Santander, haciéndolas extensivas a los prisioneros de Guachi en la misma proporción; bien entendido que se admitirán primero en el canje los oficiales y tropas que han salido bajo la buena fe de su palabra de honor; y con la firme protesta de que V.E. y sus compañeros de armas sufrirán el mismo rigor y tratamiento que se haya dado al último de los prisioneros que tiene de su poder, sea por V.E. mismo o por cualquiera de sus subalternos.

Yo marcho acercándome a V.E. y espero tener pronto la satisfacción de recibir su contestación definitiva, que será la regla que observaré con respecto a ese ejército y a los prisioneros que conservo.

Dios guarde a V.S. muchos años.

BOLÍVAR

* De una fotocopia del original

Latín American Mss.

Manuscripts Department, Lilly Library.Indiana University, Bloomington, Indiana.

Nota: Hay dos copias de este documento de un mismo amanuense.

Notas

[1] Mariscal de Campo Melchor Aymerich, Presidente de la Audiencia de Quito. Véase el Vol. II

[2] Mariscal de Campo Melchor Aymerich, Presidente de la Audiencia de Quito. Véase el Vol. II

[3] La Habana, ciudad y puerto de la isla de Cuba. Véanse los Vols.IV, VI, VII, VIH, IX, X, XI, XII.

[4] Bocachica. Se refiere a las fortalezas que están en Cartagena. Véanse los Vols. VI, IX.

[5] Santa Ana. Población situada al centro del estado Trujillo, dondese realizó la entrevista entre Bolívar y Morillo el 27 de noviembre de 1820.Situada a unos 20 kilómetros al Norte de la ciudad de Trujillo, a vuelo de pájaro.

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