Ica, 20 de abril de 1825.
Señor Coronel Tomás de Heres.
Dígale Ud. al señor presidente y aun a todo el mundo que mi intención es conservar la más detenida circunspección en los negocios del Perú, por lo mismo que se ha publicado de mil modos que mis intenciones eran hostiles y ambiciosas con respecto a este país; y que mi resolución última es dejar a la resolución del gobierno constitucional que se establezca todos los grandes negocios del Estado; los que dormirán ciertamente, mientras que yo mande. Si yo me hallase en Colombia, obraría resueltamente, y sobre una grande escala marcharían las operaciones, pero aquí no.
Tenga Ud. la bondad de escribir al general Santander cartas particulares por todos los correos informándole de los negocios, y diciéndole que Ud. lo hace de orden mía, a fin de que sepa el estado de las cosas.
Cuando llegue el general La Mar dígale Ud. que yo estoy muy enfadado con él, que no ha querido venir a encargarse de su presidencia; que no tenga miedo del gobierno, pues que cuando yo deserte podemos desertar los dos juntos, y que mientras tanto su honor y el mío reclaman esta reparación solemne, para que todo el mundo vea que yo soy justo con los justos, y bueno con los buenos, y que si alguna vez soy violento, también suelo ser generoso en mis reparaciones no obstinándome en sostener mis faltas, o mis equivocaciones. Porque lo he desterrado de Guayaquil, quiero que sea presidente del Perú. Impóngale Ud. bien del estado de las cosas, del espíritu del gobierno y de mis intenciones.
(Larrazábal, II, 317).
En los asuntos diplomáticos, daré a Ud. una buena máxima: calma, calma, calma; retardo, retardo, retardo; cumplimientos; palabras vagas; consultas; exámenes; retorsiones de argumentos y de demandas; referencias al nuevo congreso; divagaciones sobre la naturaleza de la cuestión y de los documentos... y siempre mucha cachaza, y mucho laconismo para no dar prenda al contrario. Excúsese Ud. con que es militar; con que no conoce la naturaleza de los negocios de que lo han encargado (verbalmente); que Ud. es interino y que los negocios del Perú son muy delicados. Sobre todo, téngase Ud. siempre firme en los buenos principios y en la justicia universal... Tengamos una conducta recta y dejemos al tiempo hacer prodigios.
[BOLÍVAR]
* De un impreso moderno: Simón Bolívar, Obras completas, tomo II, pp. 120-121. El compilador afirma que ha tomado el texto de "una copia", sin otra información; incluye un párrafo, cuyo comienzo dice "Larrazábal, II, 317," sin explicación acerca de este agregado.
RSS 2.0