LIMEÑOS
Lima, 10 de abril de 1825.
Yo me ausento con el mayor dolor, de vuestra hermosa capital, para ir a los departamentos del Sur a llenar el dulce deber de mejorar la suerte de vuestros hermanos recientemente incorporados a la República. El gobierno de aquellos pueblos ha sido hasta el día puramente despótico, y el de sus leyes propias aún no está completamente organizado; ellos, pues, han menester de la inmediata autoridad suprema para el alivio de sus pasados infortunios.
¡Limeños! Yo voy altamente satisfecho de vosotros, por vuestra absoluta consagración a la causa de vuestra patria. En recompensa os dejo un gobierno compuesto de hombres dignos de mandaros, y un ejército tan disciplinado, como heroico. Nada, pues, debéis ya temer. El reino del crimen ha cesado: leyes justas habéis recibido de vuestros legisladores, y a hombres próvidos he encargado su ejecución.
Vuestro deber queda limitado a gozar tranquilamente del fruto de la sabiduría del Congreso, y de vuestros magistrados. Bien necesitáis de un largo reposo para curar vuestras profundas heridas. Yo os deseo este reposo; pero en el suave movimiento de la libertad.
BOLÍVAR
* De un impreso coetáneo: Gaceta de Gobierno [del Perú], N° 33, tomo 7, del 14 de abril del 825, p. 1.