Pativilca, enero 8 de 1824.
Al señor General Lara:
Señor General:
He dado cuenta a S.E. el Libertador de las comunicaciones de V.S. del 27 y 29 de diciembre próximo pasado, y en su consecuencia me manda decir a V.S. no deje de practicar cuantas medidas juzgue necesarias para descubrir los caudales que llevaban consigo los prófugos. Se han pedido suelas a Guayaquil y prevenídole al Prefecto del Departamento de Trujillo, las remita a V.S. inmediatamente, para que continúen las labores de la maestranza, y la refacción de las monturas. El hierro se pedirá a Lima y seguirá lo más pronto posible. El Comandante Paredes, luego que haya evacuado las órdenes de S.E. el Libertador que le fueron comunicadas, debe marchar con su piquete a incorporarse al escuadrón de su mando. Inste V.S. por el dinero que quedó en poder del Vicario de Cajamarca. Creo que V.S. habrá recibido ya los 2.028 pesos, y la plata en pina y labrada, que existían en poder del Coronel Diéguez. Al Coronel Torres Valdivia se le encargó mandarse hacer en Lambayeque y demás pueblos de la costa un gran número de pares de zapatos para todo el ejército. De ellos entregará a disposición de V.S. la cantidad que necesite para la División de su mando. Deseando S.E. que la tropa no carezca del indispensable vestuario dispuso respecto a la segunda División que se solicitasen lienzos o tocuyos para camisas, y cordellates o bayetones para pantalones. Esta misma disposición es extensiva a la División primera. Ha hecho V.S. muy bien en invertir en cobijas el género destinado para fundas del armamento, estas mismas suplirán la falta de capotes.
V.S. preferirá la hechura de pantalones a la de capotes, siempre que la cantidad de varas de pañete que V.S. ha pedido a las provincias: Huamachuco, Conchucos [1] y Cajamarca, no sean suficientes a ambas cosas. Al Prefecto de Trujillo escribo con esta fecha remita a V.S. diez o doce quintales de jabón y el aceite que necesita para untar el armamento. Ya se han pedido a Guayaquil los equipajes y todo, todo, cuantos existían en el Monteagudo deberán venir pronto, y el Coronel Torres Valdivia que está encargado de su percepción en Huanchaco los remitirá inmediatamente al ejército.
Los enfermos que quedaron en Huarás, luego que se restablezcan deberán pasar a sus respectivos cuerpos.
S.E. me manda decir a V.S. por últimos que es bien extraño que el batallón Rifles carezca de tantas prendas de vestuario, cuando salió completamente vestido, quien debía tener algunas prendas sobrantes.
Dios guarde a V.S.
[JOSE GABRIEL PÉREZ ]
* De un copiador del Archivo del Libertador, Sección O’Leary, Tº XXI, parte segunda, Fº 22 y vuelto.
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