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DOCUMENTO 179. OFICIO DE BOLÍVAR AL PRESIDENTE DEL PODER EJECUTIVO DE LA UNIÓN FECHADO EN CÚCUTA A 8 DE MAYO DE 1813, EN EL CUAL PLANTEA LAS NECESIDADES PARA PRO­SEGUIR LA CAMPAÑA.*

Excmo. señor Presidente, Encargado del Supremo Poder Ejecutivo de la Unión. [1]

Excmo. señor:

He recibido ayer el oficio de V.E. fecha de 27 del pasado, en que el señor Secretario de Estado se sirve [2] comunicarme a nombre del Gobierno la orden de marchar el ejército a ocupar las Provin­cias de Mérida y Trujillo.

Doy a V.E. las más rendidas gracias por la heroica resolución que ha tomado de mandar a libertar dos de los Estados que com­ponían la federación de Venezuela. Mi corazón se inunda de pla­cer y gratitud al contemplar las armas libertadoras de la Nueva Granada marchando a redimir a mi querida patria; pero ¡ah, señor Excelentísimo! los bienes más puros están siempre mezcla­dos de peligros e inconvenientes, y el de la libertad que vamos a obtener se halla colocado entre los dos más grandes escollos que puede presentar la guerra: la carencia de dinero y la de muni­ciones. Voy a explicarme.

Debemos marchar a posesionarnos de Mérida y Trujillo, países que apenas podrán suministrar víveres para alimentar [3] la tropa, permaneciendo en ellos un mes cuando más, y por consiguiente nos faltarán los sueldos para el ejército, pues no hay caudales en aquellas Provincias, que han aniquilado el terremoto, la guerra y las persecuciones de los enemigos. Necesitamos, pues, que los gobiernos particulares y generales de la Nueva Granada nos suministren mensualmente la cantidad de veinte y cinco mil pesos, ínterin no nos internamos en la Provincia de Caracas, que es la rica y la que puede subvenir a los gastos del ejército. Estas cantida­des serán reintegradas por la República de Venezuela, luego que esté restablecida, con los intereses que se hayan estipulado con cada uno de los prestamistas, bajo la garantía del Gobierno de la Unión.

A este efecto voy a mandar dos diputados a las Provincias del Socorro, Tunja, Casanare y Cundinamarca, con las credenciales e instrucciones de que acompañaré copia luego que las haga. Por otra parte, insto al Gobernador de este Estado [4] para que tome todas las medidas más eficaces, a fin de obtener algunas cantidades que nos pongan en actitud [5] de marchar adelante, pues estamos reducidos a no tener ni aun para suministrar el socorro diario a los soldados.

Luego que lleguemos a Mérida, éstos me pedirán sus sueldos atrasados, y yo no tendré fondos con que poder pagarles [6] Enton­ces los oficiales mismos aumentarán quizá el descontento a las tropas, atribuyendo al país de Venezuela la falta de prest, que tampoco tendrían aquí, si se demorasen más tiempo en el terri­torio de la Unión.

El caso es arduo, y aseguro a V.E. que el valor que me sobra para combatir a Monteverde, me falta para arrostrar el inconve­niente en cuestión.

El segundo obstáculo para lograr un suceso completo en esta guerra es que las pocas municiones se van a disminuir con la naturaleza de la campaña que nos hemos propuesto; quiero decir, por la lentitud con que vamos obrando quedándonos uno o dos meses en cada posición.

Yo conceptúo que siempre que las circunstancias nos sean tan favorables como nos dicen, y la fortuna nos proteja un tanto, podemos llegar o presentarnos delante de Caracas, con sólo las municiones que llevamos, obrando rápidamente y procurando dar una acción general que nos abra las puertas de aquella capital, que abrazará inmediatamente nuestra causa, si el ejército de Mon­teverde es una sola vez derrotado. Mas si adoptamos un sistema opuesto, cual es el de darle al enemigo tiempo para que se orga­nice y nos presente cuerpos con quienes combatamos frecuente­mente, por descontado agotaremos nuestros pertrechos sin ventaja decisiva; sobre todo si no tenemos órdenes para perseguir al enemigo, según lo permitan las circunstancias, y aprovechar las oportunidades que los accidentes casuales y comunes en las revo­luciones pueden ofrecernos.

La distancia de nuestro Cuartel General a esa capital [7] será doble, luego que esté en Trujillo; así gastará nuestra correspondencia dos meses en ida y vuelta; en estos dos meses perece el ejército por falta de dinero y alimentos, o porque demos a nuestros contrarios lugar para obrar con libertad, poniendo en ejecución todos los resortes de su actividad y poder; lo que va a aumentar nuestros embarazos y facilitar al enemigo sus medios de defensa. Yo me tomo la libertad de presentar a V.E. estas observaciones, para que se sirva tomarlas en consideración, y resuelva, si lo juz­gare justo y conveniente, que yo pueda obrar con arreglo a las circunstancias, o que se me nombre una comisión compuesta de dos o tres Jefes del ejército con quienes deba consultar las grandes operaciones, y particularmente las que tengan una tendencia directa sobre la dirección que se haya de dar al ejército, avanzando o retrocediendo, según lo exija [8] la utilidad o el peligro.

La contestación de este oficio la recibiré en Trujillo, donde esperaré las ulteriores determinaciones, que no dudo, serán claras y formales, arregladas a las circunstancias en que nos vamos a encontrar; impelidos, por decirlo así, por la falta de medios de subsistencia, y retenidos por las órdenes estrictas que se me han dado para no pasar adelante. De esta determinación depende, según [9] me parece, el resultado de la campaña.

Dios guarde [10] a V.E. muchos años. Cuartel General de Cúcuta [11] mayo 8 de 1813. 3°.

E. S.

SIMÓN BOLÍVAR.

* De fotocopia del original, que se conserva en el Archivo Restrepo, en Bogotá. La firma, antefirma y rúbrica son autógrafas; el resto del docu­mento es de letra del Secretario Pedro Briceño Méndez. En el Archivo del Libertador, correspondencia oficial, folios 29 v°-31 existe la versión del Copiador, que presenta algunas diferencias con el original, las cuales anotamos. El des­tinatario era el procer Camilo Torres.

Notas

[1] [En el Copiador va dirigido así: "Al Gobierno de la Unión"].

[2] En el Copiador: "sirvió".

[3] En el Copiador: "mantener".

[4] Es decir, el de Pamplona, al cual pertenecía entonces la región de Cúcuta.

[5] En los textos bolivarianos se emplea "actitud" y "aptitud" indistin­tamente, de acuerdo con la evolución semántica de ambos términos.

[6] En el Copiador: "pagarlos".

[7] Es decir, la ciudad de Tunja, sede del Gobierno de las Provincias Unidas.

[8] En el Copiador: "exijan".

[9] Esta palabra falta en el Copiador.

[10] En el Copiador: "Dios guarde, etc.".

[11] En el Copiador: "San José de Cúcuta".

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