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DOCUMENTO 172. OFICIO DEL LIBERTADOR SIMÓN BOLÍVAR DIRIGIDO AL PRESIDENTE ENCARGADO DEL PODER EJECUTIVO DE LA UNIÓN, DESDE CÚCUTA EL 3 DE MAYO DE 1813, EN EL QUE A CONSECUENCIA DEL INCUMPLIMIENTO DEL CORONEL CASTILLO PLANTEA SU DIMI­SIÓN COMO JEFE DEL EJÉRCITO.*

Excmo. señor Presidente, Encargado del Supremo [1]] Poder Ejecutivo de la Unión.

Excmo. señor:

Tengo el honor de incluir a V.E. el adjunto oficio para que se sirva imponerse de su contenido, y se convenza de las inconsecuen­cias, desobedecimientos y ultrajes que recibo diariamente, directa o indirectamente, por parte del Coronel Castillo.

"El señor Coronel Castillo [2], 2° Comandante del ejército, en orden de 30 del próximo pasado me inserta la del Supremo Poder Ejecutivo federal de 11 del mismo, por la cual se previene la reunión de ofi­ciales, para que en junta se resuelvan los puntos que contiene, y de que V.S. por separado está instruido. Me instruye asimismo de otra orden posterior, su fecha 16 de abril, por la cual se le previene que por ningún motivo permita se aventuren nuevas acciones en lo interior de Venezuela. Me previene que en virtud de ellas [3] no me mueva de la posición que ocupo, y transfiere en mí el cumplimiento de lo prevenido por el Supremo Poder Ejecutivo en la parte que me toque. Y teniendo yo orden anterior de V. S. para seguir a La Grita con el señor Brigadier ciudadano Joaquín Ricaurte, [4] lo pongo en su noticia para los fines que convengan y no quedar yo comprometido a faltar a uno de los dos Jefes.

"Dios guarde a V. S. muchos años.

"San José de Cúcuta, 2 de mayo de 1813.

"Rafael Urdaneta. [5]

"Señor General en Jefe [6] del Ejército, ciudadano Simón Bolívar."

Así, pues, ha llegado el último caso, que es el de oponerse formal y directamente a las órdenes que yo doy relativas al servicio del ejército.

Esta oposición ha recaído sobre una disposición que yo había tomado con respecto al tercer Batallón, que debía marchar a La Grita con el Brigadier ciudadano Joaquín Ricaurte, a quien había dado orden para que fuese a tomar el mando en aquella ciudad, y me pidió le permitiese llevar el citado Batallón porque su Jefe y oficiales le son afectos. El Brigadier Ricaurte no tenía orden para hacer nuevas operaciones en Venezuela, y sólo iba con el objeto de establecer una buena armonía entre los oficiales del 4° y 5° Ba­tallón, y los del 3° y otros, que no han participado de las suges­tiones pérfidas y abominables del Coronel Castillo. A más, llevaba el ánimo de mandar a Mérida una compañía [7] que aquella ciudad está pidiendo con ruegos, para que la salve de cualquiera pequeña invasión que pueden hacer contra ella los enemigos, y sería perju-dicialísimo dejar de hacerlo, porque los pueblos se desalentarían en extremo al verse abandonar indignamente, después de haber dado pasos audaces, que los comprometen a ser la víctima de sus tira­nos si los reconquistan.

Mi sufrimiento con respecto al Coronel Castillo se ha agotado y estoy resuelto a no tolerar más tiempo los crímenes que aquél ha cometido impunemente, porque yo he juzgado conveniente no re­primirlo y hacer un ejemplar con él, y tampoco el Gobierno lo ha hecho debiendo ser así, tanto porque es la fuente de la justicia, como porque puede obrar con imparcialidad y rectitud por no ser directamente el ofendido.

Yo concluyo pidiendo a V.E. sumisamente admita la dimisión sincera que hago del mando del ejército: 1° porque la salud del Estado así lo exige, y 2° porque el honor, que es mi ley supre­ma, me impide continuar el mando [8] de un ejército que ha come­tido la debilidad de dejarse seducir contra su Jefe por un faccioso, cobarde y criminal; quedándome el único dolor de deplorar la suerte de la Nueva Granada, que tiene confiadas sus armas y su salud en manos de hombres que no sólo desconocen sus más sa­grados deberes, sino que se afanan por destruir [9] hasta los cimientos del Gobierno y de la libertad.

Yo imploro esta gracia, como otro imploraría el mando, anun­ciando anticipadamente a V.E. que de no concedérmela resulta­rán [10] las más fatales consecuencias, porque Castillo nos ha reducido a la extremidad de mandar él solo o de perderse todo.

Yo doy a V.E. y al Soberano Congreso las más rendidas gra­cias por los no merecidos honores que se ha dignado hacerme, pre­miando mis pequeños servicios con recompensas muy superiores a ellos [11]; los cuales desearía [12] sólo se tuviesen en consideración para permitirme marchar a Venezuela con las armas y tropas que nos den los Gobiernos de Cartagena y Cundinamarca, o con sólo las armas, que hombres y amigos yo encontraré en todas partes deseo­sos de seguir la carrera de la gloria y de coronarse de [13] méritos [14] salvando sus [15] hermanos, que es la dicha suprema sobre la tierra.

Yo espero impaciente la orden de Cartagena para hacer uso por lo menos de sus armas y municiones, que con las que ha traído el Coronel Ribas [16] de Santa Fe, hay suficientemente para llegar hasta Caracas. Y si la fortuna protege nuestra audacia, como yo no lo dudo, daremos un testimonio a la Nueva Granada de que los hijos de Venezuela saben ejecutar lo que prometen, y no pretendían impru­dentemente comprometer las armas de la Unión en una guerra desesperada, como la titulan los cobardes que no nos quieren seguir.

Y si nada de esto la bondad de V. E. se digna concederme, le rue­go con el último encarecimiento y del modo más sumiso, se me per­mita restituirme a Cartagena, para tomar parte como simple vo­luntario en la expedición que marcha contra Santa Marta y Maracaibo, y si ésta no tiene lugar, para irme a Cumaná o Barcelona, donde estoy cierto que se combate por la libertad de Venezuela; llevando conmigo la confianza de no hacer ninguna falta en la Nueva Granada, de haberle pagado mi hospedaje con los ser­vicios que he podido hacerla, y lleno de la íntima satisfacción de haber cumplido con mi deber como militar y Jefe político en todos los países que han protegido las armas de mi mando, aunque la ingratitud y mala fe me atribuyan otros procedimientos. Seguro de que a la luz de la verdad y del tiempo nada se esconde, el mé­rito brilla y la maldad se descubre.

Acepte V. E., en nombre de la Nueva Granada, los tributos de mi gratitud, alta consideración y respeto.

Dios guarde a V.E. muchos años. [En el Copiador: "Dios guarde, etc."

Cuartel General de Cúcuta, 3 de mayo de 1813, 3° [17]

SIMÓN BOLÍVAR.

[Al margen consta:]

Tunja, 13 de mayo de 1813. — Al Congreso para su conocimiento. (Rú­brica ).

Tunja, mayo 14 de 1813. Enterado el Congreso y tomadas ya con su acuerdo las medidas oportunas, devuélvase al Poder Ejecutivo. — Por el Congreso, Camacho (Rúbrica), Vicepresidente. — Dávila (Rúbrica). — C. Valenzuela (Rúbrica).

* De fotografía del original, que se conserva en el Archivo Restrepo, Bogotá. La firma es autógrafa. El resto está escrito de puño y letra de Pedro Briceño Méndez, Secretario de Bolívar. En el Archivo del Libertador, correspondencia oficial, fs. 23-25, existe la versión del Copiador, con algunas diferencias que se anotan debidamente. El destinatario era Camilo Torres.

Notas

[1] [Esta palabra, "Supremo", falta en el Copiador.

[2] En el Copiador dice: "Coronel Ciudadano Manuel del Castillo".

[3] En el Copiador: "ella".

[4] Joaquín Ricaurte y Torrijos (Bogotá, 1766-Bogotá, 1820), militar patriota, Coronel en 1811, Brigadier en 1812, General de División en 1814 y en Jefe en 1815, cuando mandó las fuerzas republicanas en la acción de Chire.

[5] Sobre el entonces Sargento Mayor Rafael Urdaneta (Maracaibo, 1788-París, 1845), quien había de distinguirse en la campaña libertadora y llegar hasta los más altos grados militares y ocupar asimismo relevantes posiciones políticas, véase la nota principal del doc. N° 145, en el correspondencia personal. En el Co­piador su nombre está escrito así: "Rafael de Urdaneta".

[6] En el Copiador se lee: "Señor Comandante en Jefe".

[7] Dice en el Copiador: "mandar a Mérida aunque fuese una com­pañía".

[8] En el Copiador: "continuar en el mando".

[9] En el Copiador dice: "se afanan incesantemente por destruir".

[10] En el Copiador seguía a ésta la palabra "quizá", que no figura en el original.

[11] En el Copiador se lee: "ello".

[12] Aquí hay en el original dos palabras tachadas: "se empleasen".

[13] [Tachado en el original: "gloria".

[14] En el Copiador dice: "mérito".

[15] En el Copiador: "salvando a sus..."

[16] El más tarde General en Jefe José Félix Ribas (Caracas, 1775-Tucupido, 1815).

[17] Se lee en el Copiador: "San José de Cúcuta, 3 de mayo de 1813,3° de la Independencia".

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