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DOCUMENTO 163. OFICIO DEL LIBERTADOR SIMÓN BOLÍVAR DIRIGIDO AL PRESIDENTE EN­CARGADO DEL SUPREMO PODER EJECUTIVO DE LA UNIÓN, DESDE CÚCUTA EL 26 DE ABRIL DE 1813 CON PROTESTAS POR LA CONDUCTA DEL CORONEL MANUEL DEL CASTILLO.*

Excmo. señor Presidente, Encargado del Supremo Poder Ejecutivo de la Unión.

Excmo. señor:

Regresando de La Grita a este Cuartel General, recibí los oficios de V.E. de 11 del corriente, en los cuales se me previene que preste, como es de mi deber, formal juramento de obediencia y fi­delidad al Soberano Congreso de las Provincias Unidas de la Nueva Granada, y por él al Poder Ejecutivo de la Unión, en manos del Gobernador y Capitán General de la Provincia de Pamplona, siem­pre que se halle en esa capital, o ante el Cabildo de esta Villa del Rosario, o cualquiera otra donde actualmente tenga mi Cuartel General.

Puedo asegurar a V.E. con la mayor sinceridad, que la cere­monia augusta que se me ordena celebrar de prestar juramento ante el Ser Supremo, de mi lealtad y obediencia al legítimo y li­beral Gobierno de los Estados de la Nueva Granada, es para mí el acto más satisfactorio y conforme a mis deseos y principios; y cier­tamente, V.E. no desconocerá que mi adhesión a V.E. y repre­sentantes del pueblo de la Nueva Granada, ha sido probada antes con hechos que con promesas, que algunas veces son vanas aunque sagradas; pero que son indispensables para mejor garantizar la fe entre los nombres y ligarlos, por decirlo así, con un lazo sagrado.

Es verdad que después de hallarme a la cabeza de las tropas de la Nación, nada parecerá más extraño que esta prestación de jura­mento, en una época en que la sedición ha difundido en el ejército abominables imputaciones contra mi honor; pero como el motivo que dicta esta medida es tan puro y el objeto tan sabio, lejos de ofenderme me colma de placer, sobre todo cuando considero la tierna solicitud del Gobierno por acallar las murmuraciones y re­vestirme de la confianza de mis subditos, tan necesaria para el buen éxito de las operaciones.

Yo prestaré el juramento en manos del Excmo. señor Gober­nador y Capitán General de la Provincia, donde él tenga su resi­dencia en la actualidad, persuadido de que se halla al presente en la ciudad de Pamplona.

En cuanto al segundo oficio que V.E. se ha dignado dirigirme, resolviendo las dudas sobre el Consejo de Guerra, prevenido en or­den de 18 del pasado, me es bien doloroso contestar que ya no po­drá tener lugar esta acertada determinación de V.E., porque el segundo General del ejército, Coronel Castillo, lo celebró en el lugar de Táriba, el 5 del corriente sin mi conocimiento, faltando primero a lo mismo que él se había propuesto y V. E. manda, y es que se tuviese en territorio de la Nueva Granada. Segundo, presi­diéndole él sin autoridad para ello. Tercero, no oyendo a ninguno de los sujetos que podrían esclarecer la materia con sus conoci­mientos locales, y con solos los oficiales de la División de su mando. No haré mención del objeto real que se ha propuesto el segundo General en la celebración de este Consejo ilegal, criminal y sedi­cioso; no haré mención de la abominable perfidia con que se ha seducido a la oficialidad del ejército con las calumnias más negras y con las intrigas más escandalosas que se han visto poner jamás en práctica tan descaradamente en un ejército; y no haré men­ción, por fin, de los resultados que serán el efecto inmediato de esta conducta por parte de mi segundo, pues V.E. preverá de­masiado bien que el ejército no puede menos que disolverse, y con él quizás la Nueva Granada; porque no hay Estado beligerante sin tropas, y no hay tropas sin disciplina, y jamás ha podido haber dis­ciplina con sediciones levantadas y sostenidas por unos jefes fac­ciosos que un día destruyen a un General, otro día a otro, y el último será el Gobierno mismo. La experiencia dará un testimonio de esta verdad, y la Nueva Granada llorará bien presto la im­punidad de los crímenes militares, si no se comienza desde ahora a reprimirlos y castigarlos ejemplarmente [1] aunque para ello sea indispensable derramar la sangre más preciosa en el altar de la justicia y de la Patria.

Señor Excmo.: La pluma se me ha caído muchas veces de la mano al tiempo de tomarla para describir estos hechos vergonzosos para el ejército, ultrajantes para mí y destructores para el Gobierno. El rubor por una parte, la indignación por otra, y todos los sentimientos irascibles que excitan el grito de la justicia, me han tenido en una especie de estupor, y en el silencio que infunde la desesperación, sin que haya tenido aliento hasta ahora para dirigir a V. E. mis recla­mos sobre las calamidades que nos ha traído la cobardía, la ambi­ción, la envidia y el espíritu de facción que dominan al Coronel Castillo, digno por todos títulos de la animadversión de las leyes.

Yo espero con una mortal impaciencia la determinación de V. E., sin atreverme a indicarle ninguna, porque todas las que me ocurren me parecen demasiado suaves e indecorosas a la dignidad de un Gobierno establecido y encargado de sostener la libertad y la gloria de la Nación Granadina; pero estoy pronto y resuelto a llenar con honor mi deber hasta el último momento, prefiriendo siempre la salud de la Patria a la mía.

Dios guarde a V.E. muchos años.

Cuartel General de Cúcuta, abril 26 de 1813. — 3°.

E.mo S.r

SIMÓN BOLÍVAR.

[En notas al margen consta:]

Tunja, mayo 7 de 1813. — Al Congreso para su conocimiento. (Rúbrica). Gutiérrez (Rúbrica).

Tunja, mayo 7 de 1813. — Enterado el Congreso, devuélvase. — Por el Congreso. — Camacho, Vicepresidente (Rúbrica). — Dávila (Rúbrica). C. Valenzuela, Secretario (Rúbrica).

* Archivo del Libertador, correspondencia oficial, folios 134-136. Del original, escrito de puño y letra de Pedro Briceño Méndez, salvo la antefirma, firma y rú­brica que son autógrafas de Bolívar. En el libro Copiador del Archivo del Libertador, correspondencia oficial, folios 19-20, existe el mismo documento escrito de le­tra de un amanuense. Sobre el destinatario, Camilo Torres, véase el doc. N° 116, nota principal.

Notas

[1] En el Copiador se lee: "completamente" en vez de "ejemplarmente".

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