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DOCUMENTO 160. OFICIO DEL LIBERTADOR SIMÓN BOLÍVAR DIRIGIDO AL PRESIDENTE ENCAR­GADO DEL SUPREMO PODER EJECUTIVO DE LA UNIÓN, DESDE CÚCUTA EL 15 DE ABRIL DE 1813, CON EXPRESIONES DE RECONOCIMIENTO POR EL TRATO RECIBIDO COMO JEFE DE LA CAMPAÑA.*

Excmo. señor Presidente, Encargado del Supremo Poder Ejecutivo de la Unión.

Excmo. señor:

Contesto con la mayor satisfacción al oficio de V. E. de 2 del corriente, que tuve el honor de recibir anoche, en que V. E., con su inagotable bondad y benevolencia, se digna decirme que: "de cual­quier modo que sea, y aun en el caso de que tuviese que bajar a auxiliar a Cartagena contra Santa Marta, el Gobierno de la Unión no consiente, ni puede consentir, en que yo deje el mando del Ejército del Norte, que hoy ha puesto a mi cuidado el Congreso; tanto menos cuanto tiene fundadas [1] esperanzas de que él va a ser el restaurador de Venezuela."

Estas lisonjeras expresiones por parte de un tan respetable Jefe del Cuerpo Soberano de la Nueva Granada, excitan en mi corazón dos sentimientos que se compiten en grandeza; el rubor y el reconocimiento; el primero, por tan inmerecidos honores; y el segundo, como hijo de Venezuela; y a nombre de ella tributo a V. E. los más rendidos agradecimientos por la magnánima deliberación de enviar a libertarla, a costa de todos los sacrificios de armas, caudales, y aun la vida de sus ilustres guerreros, que abandonan, por decirlo así, a su Patria querida, por marchar a redimir la de sus hermanos esclavizados.

Ningunas expresiones, Señor Excmo., son capaces de explicar jamás las tiernas emociones que experimento, al contemplar toda la Nueva Granada concurrir tan liberalmente a esta gloriosa [2] empresa, que ocupará el más eminente lugar en los fastos de la virtud, cuando la historia refiera los patrióticos esfuerzos de los pueblos americanos que han combatido por la libertad. Ver con­currir, digo, simultáneamente y como por un impulso unánime a tantos hombres libres por igualar sus hermanos a ellos, es el más bello espectáculo que puede presentar la guerra, por cuyo solo motivo puede ser justa esta horrible calamidad.

V. E. añade: "ya Santafé [3] se allana a reforzar nuestro ejército con tropas y municiones, que conducirá el Coronel Ribas [4], en cuyo evento cesan ya en mucha parte los temores que asistían al Poder Ejecutivo de la Unión de que pudiese ser batido en su internación a esas Provincias, sin que nosotros pudiésemos socorrerlo oportuna­mente." Yo celebro, y muy cordialmente, que la Nueva Granada respire ya libre de disensiones civiles, para que de este modo se preserve de los desastres que son consiguientes a tales desavenencias, y se consagre toda entera, en unión y concordia, a la expulsión de nuestros enemigos exteriores, y a la extirpación de los arraigados males del fanatismo y de las preocupaciones [5] civiles, que hasta el presente han sido las columnas de la tiranía.

En este estado, parece que una marcha retrógrada de nuestras tropas desde la ciudad de La Grita hasta este Cuartel General, no producirá ventaja alguna, y acarreará dos cosas muy perniciosas: una el desaliento de los pueblos de Venezuela que se hayan ya con­movido por la inmediata esperanza de ser socorridos, y la molestia que padecerán los soldados en tan penosas marchas y contramarchas que ellos juzgarán como inútiles; y la otra, el sentimiento inverso por parte de los enemigos, que se alentarán viéndonos retroceder; movimiento que no podrán menos que atribuir a peligros internos o exteriores que nos amenazan, o a una absoluta carencia de medios para continuar nuestra marcha victoriosa y concluir la liberación de Venezuela.

En atención, pues, a estas que me parecen prudentes considera­ciones, he mandado anoche mismo al Coronel Castillo conserve las posiciones que ocupe en el momento de recibir mi orden, si ha batido ya al enemigo en La Grita, o donde haya tenido la fortuna de encontrarlo. Y para tomar la determinación más conveniente sobre estos importantes operación [sic], parto mañana a inspeccionar por mí mismo el estado del ejército, sus posiciones y los recursos sobre los cuales debe contar para conservarse allí o en otra parte, que más nos convenga; así logramos mantener el buen espíritu de la tropa, el terror en los enemigos, y nos hallamos siempre en aptitud para ocurrir donde la necesidad nos llame; quedando en este Cuartel General la mayor parte de las tropas de Cartagena, que son más que suficientes para defenderlo en caso de alguna incursión, que no se puede temer por ahora. Estas medidas me parecen con­formes a la naturaleza de las actuales circunstancias, a las miras de V. E. y en todo correspondientes al plan que nos hemos pro­puesto en esta campaña.

V. E. se dignará ordenarme en esta parte lo que tenga a bien, y sus órdenes serán religiosamente cumplidas, como es de mi deber.

En cuanto a la elocuente exhortación que V. E. me hace para que prescinda yo de todo en obsequio del amor a la Patria, diré: que siempre he estado y estaré pronto a sacrificar mi vida, mi li­bertad; y soy capaz de consagrar a mi Patria hasta mi honor mismo, deshonrándome sobre sus aras, como una víctima derrama­ría su sangre, lo que para mí sería el menor holocausto.

Dios guarde a V. E. muchos años.

Cuartel General de San José de Cúcuta, abril 15 de 1813. 3°.

SIMÓN BOLÍVAR.

[Al margen constan las siguientes notas:] Tunja, abril 27 de 1813. Al Congreso en donde obran antecedentes de la materia. Gutiérrez. / Tunja, abril 28 de 1813. Devuélvase al Poder Ejecutivo con copia de lo resuelto el día de hoy, así en cuanto a la marcha del ejército, como en cuanto a la conducta que su Jefe ha de guardar para con los pueblos de Venezuela, por lo que toca al restablecimiento de sus autoridades y relaciones del ejército con ellas. Por el Congreso. Camacho, Vicepresidente. Dávila. Cuevas.

* Archivo del Libertador, tomo 21, folios 128-130. Del original, escrito de puño y letra de Pedro Briceño Méndez, salvo la firma y rúbrica que son autógrafas de Bolívar. Se conserva también su texto en el Libro Copiador, Archivo del Libertador, tomo 71, folios 17-19. Sobre el destinatario, Camilo Torres, véase la nota principal del Doc. N° 116.

Notas

[1] En el Copiador dice: "muy fundadas".

[2] En el Copiador dice: "gloriosísima".

[3] Es decir, el Gobierno del Estado de Cundinamarca, con sede en Santafé de Bogotá, que presidía el procer neogranadino, precursor de la independencia de dicho país, General Antonio Nariño (Bogotá, 1765- Villa de Leyva, 1823).

[4] José Félix Ribas, procer venezolano (1775-1815). Véase la nota 3 del Doc. N° 127.

[5] En el original, el amanuense había escrito "preocupciones", por lo que interlineó la palabra en forma correcta.

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