Al Gobierno de Cartagena.
Cuando he recibido el apreciable oficio de V. E. de 25 del pasado, he recibido también por conducto del [1] Comandante de Mompox la noticia de la revolución sucedida en Santa Marta, contra el Coronel Labatut, y de los demás acontecimientos del Valle Dupar. Por esto inmediatamente he dado parte al Excmo. señor Presidente del Supremo Congreso, consultándole lo que debo hacer en las circunstancias actuales, como que de él dependo al presente. Esto no obstante, puedo asegurar a V. E. que apetezco con ansia socorrer a la valerosa ciudad de Mompox, y sostener en cuanto pueda el ilustre Estado de Cartagena. Mañana seguirá el ciudadano Castillo con quinientos o seiscientos hombres a la ciudad de la Grita, a destruir, o por lo menos desalojar de allí al enemigo. Esta operación no es muy difícil, tanto por la naturaleza de las fuerzas de Correa, como por el valor de nuestros soldados, y el talento y virtud militar que distinguen a dicho Coronel, y al Teniente Coronel Girardot, quienes mandan la expedición. He tomado esta determinación, para que cuando llegue la orden del Supremo Poder Ejecutivo de la Unión, para auxiliar a Mompox, pueda hacerlo sin peligro con respecto a Cúcuta.
Anteriormente he mandado a Ocaña oficiales, fusiles [2], soldados y pertrechos para poner aquella ciudad en estado de defensa; y he prevenido también que se remitan a esa capital todos los descontentos que pudieran ser perjudiciales.
Mas a pesar de todo, si fuese posible que la pequeña fuerza de ese Estado que está bajo mis [3] órdenes marchase a Venezuela, Cartagena acabaría de colmarse de gloria, y nosotros acaso conseguiríamos destruir el principal enemigo de la Independencia de América. Sobre esto repito a V.E. mis anteriores instancias y me lisonjeo de que ellas producirán el efecto que se desea.
Dios guarde a V. E. muchos años.
Cuartel General de San José, veintitrés de marzo de mil ochocientos trece, tercero de la Independencia.
[Simón Bolívar].
* Archivo del Libertador, correspondencia oficial, folios 2 v. y 3 r. Del copiador, escrito de letra de amanuense no identificado. Aun cuando en el copiador se anotó simplemente, respecto al destinatario, "Al Gobierno de Cartagena", del contexto se deduce que el oficio iba dirigido al Presidente de dicho Estado, el procer cartagenero Manuel Rodríguez Torices (1788-1816), quien había de morir ejecutado por los realistas.
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