Al Ciudadano Comandante General de la Vanguardia del Ejército de la Unión:
En consecuencia de los oficios de V.S. de 18 y 19 del corriente, en que me anuncia los movimientos del enemigo hacia Chopo y Pamplona, y accediendo a la invitación de V.S., tengo la satisfacción de participarle que en este propio día quedo tomando todas las disposiciones convenientes para ponerme en movimiento con mi ejército por Cácota hacia Pamplona; pues nada es más conforme [1] con el ardiente deseo que tienen nuestros soldados de purgar para siempre la Nueva Granada de los bandidos que infestan. Al oír que la fortuna les presenta enemigos que vencer, y hermanos que libertar, un grito universal se levantó en medio de las tropas, pidiéndome que los condujese a la victoria. Así lo he ofrecido por calmarlos; y yo que nunca he faltado a mis promesas, he de volver vencedor, o he de quedar en el campo.
Espero que V.S. se sirva disponer que estén prontas cuatrocientas caballerías y mil raciones diarias en el territorio de mi tránsito de esa Provincia, en los días de 28 ó 29 del corriente.Por las adjuntas Gacetas se informará V. S. de la toma de Santa Marta, y de los primeros sucesos de las tropas de mi mando, los [2] cuales se han aumentado prodigiosamente porque he usado de la política liberal de admitir en mi ejército todos los oficiales, sargentos, cabos y soldados americanos que forzadamente servían bajo los enemigos.
Dios guarde a V.S. muchos años.
Cuartel General de Ocaña Independiente, 23 de enero de 1813.
SIMÓN BOLÍVAR.
[Tiene doble autenticación:
"Es copia. — Pie de Cuesta, enero 28 de 1813. — Valencia, Secretario de Estado.
"Es copia. — Valle de San José, 29 de enero de 1813. Francisco Soto, Secretario".
[Y nota al margen:]
"Oficio del Comandante Bolívar al de Pie de Cuesta".
* De una copia de época coetánea. Archivo del Libertador, correspondencia oficial, f° 74. De mano del procer neogranadino Francisco Soto (Cúcuta, 1783-Tilatá, 1846). Acerca del destinatario, Manuel del Castillo, véase la nota principal del doc. N° 118. Este oficio no reflejaba la realidad, sino que era una mera estratagema destinada a desconcertar al enemigo, al ser difundido su contenido. Véase la nota 4 del doc. N° 118.