Trujillo, 29 de marzo de 1824.
A la Señora Manuela Garaycoa de Calderón.
Mi estimable y distinguida amiga: He tenido la mayor satisfacción al saber por Ud. misma el enlace de la señorita Mercedes [1] con su amable esposo; doy a Ud., pues, la enhorabuena por tan plausible suceso. Espero tenga Ud. la bondad de felicitar de mi parte a los felices recién casados, lo mismo que al resto de la familia y muy particularmente a la venerable madre de Ud. [2] Tenga Ud. la bondad igualmente de decir a mi querida Loca que yo no la he olvidado jamás, ni a Viverito, ni a Carmen, ni a Baltita ni a la señorita Josefa; en fin, a nadie de esa casa de bendición. Sólo sí estaba algo sentido por la publicación de la carta del Abate De Pradt; pero ya, pasado este sentimiento, la amistad y el aprecio sólo quedan.
Al señor Vicario, su dignísimo hermano, me atrevo a saludarlo y a recomendarle mi memoria.
Me pongo a los pies de todas esas señoras, y ofrezco a Ud. mi particular estimación y distinguido aprecio.
BOLÍVAR.
Adición: A la señora Vivero mil expresiones cariñosas y un beso a mi querido José María.
* Archivo del Libertador, vol. 45, folio 340. De una copia manuscrita de letra no determinada. La destinataria era una dama guayaquileña perteneciente a una familia muy afecta, política y espiritualmente, al Libertador. El esposo de doña Manuela, Francisco Calderón, había sido fusilado por los realistas en la Villa de Ibarra. Su hijo fue el Teniente Abdón Calderón Garaycoa, el joven héroe de la batalla de Pichincha. Cuando Bolívar escribía esta carta se hallaba en Trujillo (Perú), organizando la campaña libertadora (Véase: Doc. N° 113, nota principal).