Cuartel General de Pamplona, a 28 de octubre de 1819. 9º
Al Excmo. señor Vicepresidente de las Provincias Libres de la Nueva Granada.
A consecuencia del parte que recibí antes de anoche del señor Coronel Lara, su fecha en San Antonio, en que me comunica que el enemigo había vuelto a tomar a La Grita, todo lo cual participé a V.E. en mi oficio del 26, en esta virtud ayer por la mañana me puse en marcha hacia Cúcuta; pero habiendo caminado diez leguas, me encontré con mi edecán Alvarez, que venía retirándose con el hospital, quien me dijo que el señor Coronel Carrillo, a las diez de la noche antes, había evacuado el pueblo cíe San Antonio con el batallón de su mando y que aún el Comandante Guerra había abandonado su equipaje. Por las noticias que anteriormente tenía, el enemigo trae cerca de dos mil hombres, la mayor parte españoles.
A consecuencia de esto, mande V.E. que se ponga inmediatamente en marcha el batallón Granaderos de la Guardia con todas sus plazas, trayendo todos fusil, y si no es posible, como yo lo creo, lanzas a los que les falte fusil. Que venga también volando la caballería, la cual no podrá venir con la infantería, porque quizás no será tan fácil remontarla, pero en el camino debe alcanzarla, pues estos cuerpos deben maniobrar todos juntos. Que la caballería traiga de diestro todos los caballos buenos y que venga montada aunque sea en malos. La infantería que traiga todas las municiones posibles.
Yo seguiré para Tunja dentro de ocho o diez días a alarmar aquella provincia y levantar un cuerpo de tres mil hombres lanceros, y lo mismo debe hacerse en la del Socorro. V.E. también hará que se levante un cuerpo de caballería de mil hombres para la defensa de la ciudad y que pueda auxiliar a Honda en caso necesario. Para montarlo, que se tomen todos los caballos de las haciendas de los particulares y de los curas.
Como el enemigo, con la ocupación de Cúcuta, es natural que reciba auxilios de Maracaibo y de Ocaña que, sin duda, será el objeto principal de esta expedición para poner en acción todas las tropas, que ahora tienen por allí los enemigos, es necesario hacer esfuerzos extraordinarios y muy prontos para que no vaya a adquirir algún suceso y para no vernos obligados a abandonar un territorio tan precioso.
Es indispensable trabajar de noche y de día, sin dormir, en la elaboración de la pólvora y en la extracción del plomo en las minas más inmediatas de Santa Fe sin hacer caso de gastos, sin tener economía. En nada se puede emplear mejor el oro y la plata que en pólvora y bala. Si se han de emplear diez nombres que se empleen cuarenta. Si se han de gastar mil pesos, que se empleen diez mil. No debemos esperar municiones ni aún de Casanare; todavía no ha llegado ni un solo cartucho de los de Bremont, ni los espero, si yo mismo no los voy a buscar, porque todas son dificultades para todo. Lo peor es que no hay cartuchos para esta división y así será preciso retirarnos hasta que encontremos con qué batirnos. ¡Quiera Dios que no sea necesario perder un territorio tan precioso como el que ocupamos!
A decir verdad, yo no sé nada de positivo sobre la fuerza real y proyectos del enemigo; pero la precipitación del movimiento con que el bravo Coronel Carrillo ha abandonado a San Antonio, me hace inferir que todas las noticias que he tenido anteriormente son ciertas, quiere decir que Latorre trae de Harinas mil ochocientos hombres entre los batallones de Navarra, Burgos y Castilla. Además cuatro compañías del batallón de Harinas, y una gran recluta que han reunido en Guanare, según me dice el General Páez. A esta fuerza se debe añadir la que sacó Bauza, González, la guarnición de Mérida, etc. Todo esto, si no es cierto, es posible y aún probable, y si no fuese así, el señor Latorre no se vendría de nuevo a meter en Cúcuta.
Dios guarde a V.E. muchos años. bolívar
Si el Comandante de Húsares Mackintosh no hubiere salido, prevéngale V.E. marche volando hacia aquí, y si estuviere en marcha para el Socorro, o en las inmediaciones de Cundi-namarca, le comunicará V.E. la misma orden, para que no pierda camino este cuerpo y venga oportunamente.
BOLÍVAR
P.D. 29 de octubre. Mando los cincuenta mil pesos que vinieron de Santa Fe para que se me remitan otros tantos de la moneda contrasellada. Estos cincuenta mil pesos son los mismos que vinieron antes y no corren. Aquí los gastos se aumentarán y allá se disminuirán. El donativo marcha a Venezuela para comprar armas.
Incluyo a V.E. un parte que he recibido por el Coronel Lara, el que se halla con el batallón Vencedor de Boyacá en Chinácota. El enemigo está ya en Cúcuta, según partes posteriores, y parece que trae bastante infantería, aunque todavía ninguno sabe a punto fijo su número.
Escribo al General Páez para que venga volando con su ejército a tomar la espalda a Latorre. Espero que lo haga.
Yo estoy tomando todas las medidas para que nada falte al ejército y para asegurar a la retaguardia cuanto hay en esta provincia; pero nada es tan urgente como la venida del batallón de Granaderos y de la caballería para no darle tiempo al enemigo a que aumente sus fuerzas con las de Ocaña y Maracaibo.
Sin embargo de la actividad que podemos emplear, nunca vendrán estos cuerpos antes de un mes y para entonces ya tendrá el enemigo cuanto pueda y quiera conseguir. Páez dice positivamente que Latorre trae dos mil hombres. Además trae los otros piquetes de que ya he hablado antes. Su total debe montar a dos mil y quinientos hombres por lo menos.
Nosotros no tenemos dos mil fusileros, pues aquí no hay mil doscientos y los granaderos apenas traerán seiscientos u ochocientos fusiles. La infantería española es la mejor. Todo lo advierto para que no se pierda un minuto.
Hoy 30 acaba de llegar el señor Coronel Lara, quien confirma la llegada de los enemigos hasta San Cristóbal. Una espía también afirma haber salido ayer del Rosario y que no habían entrado los enemigos aún allí, pero que permanecían en San Cristóbal. Un piquete nuestro que se batió con los enemigos hace algunos días asegura que hay caballería española de Coraceros y Barbudos entre los enemigos, que ellos mismos decían que no eran los que habían sido batidos en la Cruz.
Todo esto indica bien que los enemigos han recibido refuerzo y que no debemos descuidarnos en nada, y que los auxilios que he pedido urgen mucho. El coronel Carrillo con su batallón está hoy en Chopo y vendrá esta tarde.
Vale.
(Rúbrica de Blivar)
* De un impreso moderno. Cartas del Libertador, tomo II, págs. 219 - 222.
Archivo Nacional de Colombia, Secretaría de Guerra y Marina, tomo CCCXXIII (A, CCCXXIII, 492 - 493, 495 - 496, 494). Publicado en Bolívar y Santander, pp. 26-30. T. XII, p. 137
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