Lima, 22 de octubre de 1823.
Mi querido general:
Remito a usted una carta y un duplicado del general Sucre, recibido hoy.
Por estos documentos verá usted el estado de las cosas y lo que podemos esperar del ejército del sur del Perú. Si Colombia y Chile no protegen fuertemente al Perú, los españoles se quedan con este país y continúan la guerra contra nosotros, con Colombia, que es lo más fácil con respecto al Perú. Cada día veo más claro que si aquí no triunfamos, quien sabe lo que será de Colombia. Persuádase usted que no hay poder que contenga estos demonios luego que obtengan otro suceso y que tengan puertos y marina. Entonces lograrán ventajas infinitas contra nosotros. Nadie se moverá en auxilio de nadie, y lo poco que se haga será para dar nuevas fuerzas al enemigo, como ha sucedido hasta el día.
Lo peor de todo es que este país está aniquilado: sus hijos desesperados y los aliados en el mayor desconcierto. Chile hará algo ahora porque estoy yo aquí; después no hará nada. Buenos Aires está resuelto a no hacer nada por la causa común.
Verá usted por esta Gaceta lo que me escriben de Méjico: aquel país está en plena anarquía.
Todavía no sé lo que haré ni lo que hará Sucre con sus tropas, pues mi resolución depende de los sucesos de las cosas que están por venir.
Repito mi demanda de tropas, armas y dinero, y mande usted a quien le ama de corazón,
BOLÍVAR
* De un impreso moderno. "Correspondencia dirigida al General Santander", volumen II, págs. 428-429.
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