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DOCUMENTO 6319 CARTA PARTICULAR DE BOLÍVAR AL SEÑOR PEDRO GUAL, FECHADA EN MARACAIBO EL 16 DE SEPTIEMBRE DE 1821, POR LA CUAL LE HABLA DE SU DESPRENDIMIENTO DEL MANDO POLÍTICO Y QUIERE CONDUCIR SOLDADOS HASTA QUE HAYA LIBERTAD SEGURA. TIENE QUE "REDONDEAR A COLOMBIA".*

Maracaibo, 16 de septiembre de 1821.

Al señor doctor Pedro Gual [1] .

Mi querido amigo:

He recibido con mucho gusto la carta de Vd., que me trajo el edecán Alvarez. Vd. conjura a los dioses para que me muevan a ir a Cúcuta. ¿A qué, cuando tengo expediciones importantes entre manos, en momentos preciosos y únicos? Yo conozco lo que puedo hacer, amigo, y sé dónde soy útil; persuádase Vd. que no sirvo sino para pelear, o, por lo menos, para andar con soldados, impidiendo que otros los conduzcan peor que yo. Todo lo demás es ilusión de mis amigos. Porque me han visto dirigir una barca en una tempestad, creen que yo sirvo para almirante de una escuadra. Suele, en caso semejante, hacerlo mejor un simple piloto que un almirante, y no por esto mudarse los talentos ni las condiciones de ambos.

Vd. me dice que la historia dirá de mí cosas magníficas. Yo pienso que no dirá nada tan grande como mi desprendimiento del mando, y mi consagración absoluta a las armas para salvar al gobierno y a la patria.

La historia dirá: "Bolívar tomó el mando para libertar a sus conciudadanos, y cuando fueron libres, los dejó para que se gobernasen por las leyes, y no por su voluntad". Esta es mi respuesta, Gual; las otras razones las verá Vd. en mi carta al Vicepresidente.

Parece que, por todas partes, se completa la emancipación de la América. Se asegura que Iturbide [2] ha entrado en junio en México. San Martín debe haber entrado en el mismo tiempo en Lima; por consiguiente a mí es que me falta redondear a Colombia, antes que se haga la paz, para completar la emancipación del Nuevo Continente. Vea Vd., amigo, si en estas circunstancias debo yo perder tiempo y dar lugar a que algún aficionado se apodere del vehículo del Universo…!¿Cree Vd. que haya cosa más importante que esta operación N° ¿Qué otros enemigos tiene la república que los que yo busco? Si los hubiera en otra parte, ¿no los buscaría? Vas. han querido intimidarme con temores vanos; yo no veo más peligro que en las fronteras. Sólo los godos son nuestros enemigos; los otros son enemigos del general Bolívar, y a éstos no se les presenta batalla; se les debe huir para vencerlos.

Soy de Vd., mi amigo, su afectísimo de corazón.

BOLÍVAR

* Blanco y Azpúrua, VIH, 86.

Notas

[1] Pedro Gual. Véanse los Vols. I, II, IV, VI, VII, VIII, IX, X, XIV, XIX.

[2] Iturbide, Agustín de. Emperador de México nacido en Valladolid (la actual Morelia) en 1783. Estudió en el Seminario de su ciudad natal, pero a los quince años comenzó su carrera militar como alférez. Al estallar la revolución, permaneció fiel al Rey, y participó en varias campañas contra las fuerzas de Hidalgo y Morelos. Ambicioso, inteligente y de frío valor personal, pronto se distinguió y ganó ascensos. En 1820 era coronel, y gozaba de la confianza del Virrey Apodaca. Poco después obtuvo el grado de general, y se le dio el mando de las tropas que en el sur peleaban contra Guerrero. Los recientes sucesos de España impulsaron a Iturbide a pasar al campo patriota. Se atrajo a Guerrero, y proclamó el famoso Plan de Iguala, al cual se unieron Bravo y otros jefes de prestigio. Empezó entonces la última fase de la guerra en México, que concluyó con la entrada del ejército Trigarante en la capital el 27 de septiembre de 1821. Se organizó una Junta provisional, y el Congreso fue convocado. En mayo del año si­guiente el ejército proclamó a Iturbide Emperador, acto que fue ratificado por el Congreso. Pero el Imperio hubo de luchar contra grandes dificul­tades, principalmente por la oposición creciente del Congreso y de muchos caudillos republicanos como Santa Ana y Guadalupe Victoria. Iturbide abdicó en marzo de 1823 y salió para Europa. Residió en Italia y en otros países, pero pensaba siempre en volver a su país. El Congreso, durante su ausencia, lo declaró traidor y lo condenó a muerte si pisaba de nuevo el suelo mexicano. Iturbide, a lo que parece ignorante de esto, salió de Lon­dres, y desembarcó en Soto la Marina, con su esposa y dos hijos menores. Apresado, fue conducido a Padilla y fusilado el 19 de julio de 1824. Tomado de Bolívar y su Época, Tomo II, por Manuel Pérez Vila. Caracas, 1953.

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