Cuartel General de Santa Fe, a 13 de agosto de 1819. 9º.
SIMÓN BOLÍVAR.
Presidente de la República, Capitán General de los ejércitos de Venezuela y de la Nueva Granada, &.,&.,.
Al señor Zea:
Amigo: la victoria nos ha vuelto la cara: estaba cansada de frustrar nuestros costosos esfuerzos. Ya la hemos forzado a que nos conceda sus favores: podríamos decir que la hemos violado puesto que no se ha rendido sino a bayonetazos.
La Nueva Granada está toda patriota; ha recibido ni ejercito con delirio y a mí con toda la amistad que se puede profesar a un hombre público. Todos me muestran una adhesión cordial y los agraviados me ven como al Redentor.
Hemos encontrado muchos efectos con que equipar un grande ejército; y más de 500.000 pesos en plata republicana de Venezuela y Nueva Granada.
Dentro de ocho o diez díasmandaré cien mil pesos en oro para que se compren fusiles en las colonias, y después mandaremos más, más y más.
El ejército enemigo aquí era formidable pero ya está todo en nuestro poder; sólo el Virrey puede escapar en algún champán que encuentre en Honda. La fuga de este gobierno ha sido tan cómica como trágica: merece un artículo de gaceta que irá muy pronto con el dinero. La Audiencia marchó a pie o montada en enjalmas y el Virrey disfrazado con una manta y un sombrerete campesino. El oficial que trajo el parte de la derrota no quiso desmontarse del caballo y continuó volando para Honda, diciendo: si el Virrey quiere que lo cojan yo me voy, porque este es un ejército de diablos, y mañana están aquí.
Hemos tratado muy bien a los prisioneros a pesar de que nos habían degollado quince que nos habían tomado en una descubier[ta] nuestra.
Pienso canjearlos por patriotas presos en Cartagena. Barreiro es un oficial de mucho mérito y de un carácter muy noble: a todos nos tiene desarmados.
Hoy mando a V. de oficio cuatro letras que no están puestas por mí ni por Briceño, que está malo; la copia que se publique corríjala V. bien.
Haga V. presente al Congreso todo lo que hemos hecho por la República y ofrézcale V. en mi nombre la libertad de Venezuela antes del fin de año.
De Lima y Guayaquil se esperan noticias muy importantes, y buenas. Hemos hecho mucho, amigo, con muy débiles y precarios medios; pocas veces se han obrado más prodigios; y yo he acertado en todo porque nadie ha influido en mis operaciones; y ya estamos todos convenidos de que MARIÑO y Páez han retardado la libertad de su país por su empeño en quererme dirigir. Que se escriba mucho en la gaceta sobre esta campaña; sin olvidar a Morillo que la daba por terminada aun antes de que se empezase en mayo: es preciso acordarle [sic] su boletín en que habla de nosotros con tanto desprecio. A propósito, nos han dejado los archivos entre otras cosas para divertirnos. El tal Sámano es un tirano detestable, pero más que detestable, cobarde, a pesar de que decía y pensaba que con un zapato batía a todos los insurgentes.
Mucho hemos celebrado el triunfo de MARIÑO en el Chispero; y yo espero que tanto él como su ejército hayan ganado mucho con este suceso. Nada sé de allá desde mi salida; así estoy en la mayor incertidumbre sobre las cosas de Venezuela y V. debe calcular cuál será mi inquietud sin poder ni aun formar una idea de la situación actual.
Voy a convocar una Junta Nacional para pedirle su voto sobre la reunión de la Nueva Granada y Venezuela: si hay reunión mandarán sus diputados al Congreso, si no la hay formarán los granadinos el gobierno que gusten, y lo dejaré instalado antes de marchar. Todo se hará con la mayor libertad: V. me conoce y no lo dudará. Desde ahora anuncio que no seré nada de este gobierno.
Espero que V. me cuide las emigradas que tengo por allá y muy particularmente a mi hermana que la considero llena de miserias.
Adiós, mi querido amigo, y acepte V. la oferta que k- hago de su primera patria.
Adiós otra vez.
BOLÍVAR.
* De un impreso. Boletín Histórico. Fundación John Boulton N 13. Caracas, enero 1967.