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DOCUMENTO 4350. OFICIO DE PEDRO BRICEÑO MÉNDEZ PARA EL VICEPRESI­DENTE DE VENEZUELA, FECHADO EN SAN CRISTÓBAL EL 25 DE MAYO DE 1820, EN EL CUAL, DE PARTE DE BOLÍVAR LE COMUNICA ORDENES RELACIONADAS CON LA EXPEDICIÓN IRLANDESA.*

San Cristóbal, mayo 25 de 1820.

Al Excmo. señor Vicepresidente de Venezuela.

La correspondencia que S.E. el Libertador ha recibido ayer de Angostura le ha confirmado el acierto con que procedió cuando nombró a V.E. Vicepresidente de ese Departamento. En efecto, sólo V.E. puede dirigir las remisiones de la expe­dición irlandesa que se supone habrá llegado a esa capital o llegará por momentos. Los deseos de S.E. son:

1° Que inmediatamente que llegue aquella expedición la haga V.E. seguir para Apure, con orden de reunirse al ejército del señor General Páez.

2° Que no será necesario reunir toda la expedición en esa capital, sino que vaya V.E. despachando alternativamente los destacamentos que lleguen.

3º Que al paso mismo que vayan viniendo estas tropas, envíe V.E. a Apure, con dirección al Intendente de la Pro­vincia de Barinas, toda la harina y ron que pueda conseguirse para la subsistencia de ellas. Estas remisiones se harán con todo el arreglo necesario, para que no se pierdan en el tránsito, y para que recibiéndose con cuenta puedan administrarse del mismo modo.

4° Que estos mismos auxilios deben venir a Apure, aun cuando no llegue el resto de la expedición irlandesa, para la subsistencia de las tropas inglesas que hay allí.

5º Que con preferencia a las tropas y a todo, remita V.E. los fusiles que vengan, y muy particularmente al señor Ge­neral Sucre.

Este señor deberá traer por lo menos cuatro mil fusiles, y S.E. quiere que él mismo los conduzca hasta el Cuartel General Libertador. Se entiende que en este número no deben comprenderse los fusiles que hayan salido antes que él, y se supone que traiga él de Colonias este o mayor número que los que haya ahí, pero deberá seguir aunque no estén com­pletos.

6° Que en el caso de que sea preciso detener las tropas inglesas para que vengan los fusiles, tome V.E. sus medidas para que no sufran la peste, bien sea situándolas en La Soledad o en otro punto sano.

7° Que como puede suceder que la expedición irlandesa, o llegue tan tarde que esté muy entrado el invierno, y no pueda remontar el Orinoco y el Apure sin gran dificultad, o se demore ahí por cumplir el artículo 5° que es más urgente, en estos casos, está V.E. autorizado para darle otra dirección diferente de la prevenida en el artículo I9 y darle instruccio­nes de lo que debe hacer, arreglándose al plan general de campaña que V.E. sabe se ha adoptado.

8º Que el primer objeto de V.E. sea en estos dos casos hacer venir la parte que llegue de la expedición con la que manda el señor Coronel Montilla, y que al efecto pueda V.E. disponer de cualquier fondo que exista en esa capital, con el fin de fletar los transportes y facilitar las provisiones, si no las hay en el almacén. Los mismos transportes en que haya venido la expedición servirán para llevarla a otra parte, si se les ofrece un nuevo flete; pero si no pudieren ser ellos, V.E. conseguirá de cualquier modo los que se necesiten.

9° Que como probablemente el Coronel Montilla con­tinuará sus operaciones sobre la costa de Santa Marta, Río Hacha o Maracaibo, el General D’Evereux o el resto de su expedición lo buscarán en aquella dirección; pero estará aquel General, o el Jefe que la mande, facultado para obrar sobre la costa de Maracaibo, aun cuando no se reúna con Montilla, bien sea porque se ignora el punto donde exista, bien porque haya sufrido algún revés.

10º Que para que proceda V.E. con más acierto en las instrucciones que comunique a aquella expedición, se impon­ga V.E. de la comunicación que con fecha de ayer hice a S.E. el Vicepresidente de la República: y esté además entendido de que el señor Coronel Lara ha marchado ya con los batallones Rifles y Pamplona, a reunirse con el Coronel Car-mona y ejecutar por sí la campaña, si no se pudiese incorporar con la expedición del Coronel Montilla. Como la columna que lleva es muy fuerte, el suceso parece probable, si no se­guro, y lo será más aún si se verifica la operación que se encarga a V.E. sobre la costa con las tropas irlandesas que se esperan.

Este es el grande objeto de nuestras opraciones, por ahora, y V.E. debe arreglar a él las instrucciones del General D’Evereux o del Jefe que lo reemplace.

Lo comunico a V.E. de orden del Libertador, para su inteligencia y cumplimiento.

Dios, etc.

PEDRO BRICEÑO MÉNDEZ

* De un impreso moderno, O’Leary, "Memorias", tomo XVII, págs. 198-200.

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