Al señor General José A. Páez.
S.E. el Libertador, impuesto de todo lo que US. me dice en su oficio de 26 de agosto, último, me manda le conteste:
1° Que S.E. siente infinitamente no poder prestar inmediatamente a ese ejército todos los socorros que necesita para aliviar sus privaciones y particularmente para cubrir su desnudez; pero S.E. se promete que muy presto estará en disposición de ocurrir a estas necesidades, con los vestuarios que se han pedido a Angostura y que deben llegar a su ejército.
US. dará cuenta cuando lleguen y aguardará las órdenes de S.E. para distribuirlos.
2° Que la pérdida de los caballos, igualmente que el consumo del ganado destinado para la subsistencia del ejército en la marcha, son igualmente lamentables. S.E. espera, sin embargo, que habrá US. tomado sus medidas, para reponer uno y otro, de modo que al moverse el ejército tengamos una abundante remonta y ganado sobrante. US. conoce el estado del país que debemos atravesar y las dificultades que tendremos para hacer subsistir un numeroso ejército si no lleva las provisiones y si no se le envían frecuentemente.
3° Que instruido US. por mi comunicación de 22 del corriente de que se acerca el momento de abrir las operaciones, debe dedicar su atención a que los cuerpos de ese ejército se instruyan y disciplinen completamente, haciendo ejercitar en las evoluciones y movimientos más necesarias a la caballería, y fogueando y enseñando a tirar a la infantería. S.E. encarece a US. el celo y exactitud en el cumplimiento de esta orden, de la cual depende muy principalmente el buen suceso de la campaña. Para los fuegos tendrá US. cuidado de que se haga uso de la pólvora mala que haya en el parque.
4° Que se reiteran las disposiciones que comuniqué a US. en 23 y 24 del corriente. Urge e insta S.E. de nuevo sobre la remisión de los objetos que se le pidieron entonces.
Dios, etc.
San Cristóbal, setiembre 26 de 1820.
PEDRO BRICEÑO MÉNDEZ
* De un impreso moderno. O’Leary, "Memorias"; tomo XVII, págs. 470-471.