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DOCUMENTO 2920 OFICIO DE BOLÍVAR PARA EL GENERAL DE BRIGADA JOSÉ TADEO MONAGAS, FECHADO EN ANGOSTURA EL 28 JUNIO DE 1818, EN EL CUAL LE DA INSTRUCCIONES SOBRE EL EMPLEO DE LA CABALLERÍA Y DE LOS ARDIDES Y ESTRATAGEMAS, EN PROVECHO DE LA SORPRESA.*

Al General de Brigada José Tadeo Monagas.

Los sucesos que hasta ahora han obtenido los españoles y las ventajas que ha adquirido su caballería sobre la nuestra, depende absolutamente de la táctica que han adoptado. Conociendo la debilidad de nuestras líneas de caballería por la defectuosa formación de cargar en ala, o cuando más resistir la carga en batalla, cuya formación por su naturaleza de tener poco fondo, tiene poca resistencia, maniobra de ordinario el enemigo en columnas, ya ordinarias, ya sólidas o macizas: el resultado es que en la carga rompen nuestras líneas, y en resistencia no pueden ser rotos por las nuestras, porque oponen una resistencia sólida a un ataque que en batalla no puede ser vigoroso.

Esto supuesto, disponga V.S. que la Brigada de su mando se acostumbre en las marchas y ejercicios a formar en columnas por compañías, cada compañía en dos filas estrechas, de modo que de la cabeza del caballo de la segunda fila a la cola del de la primera haya sólo una tercia de distancia, y de una a otra compañía haya la misma distancia [1] que tenga el frente de la compañía, para que en las formaciones de batalla no queden claros. Igualmente imponga V.S. a los oficiales de que en las cargas deben estrechar la mitad la distancia de las columnas; es decir que las compañías estén mucho más cerca una de otras para que el ataque sea más fuerte y vigoroso. Si acaso fuere necesario formar los cuerpos en batalla, haga V.S. que sea precisamente con filas estrechas y no en alas o en una fila como desgraciadamente se usa.

Disponga V.S. que las tropas de la Brigada de su mando se acostumbren diariamente a pie y a caballo a romper de la formación de batalla en columna, a pasar de ésta a la de batalla, y a formar en columnas cerradas.

Por cartas interceptadas a Morillo que dirige a los Jefes de Divisiones, me he impuesto de las instrucciones de aquél a éstos: les previene exactamente que empleen siempre, y con preferencia a la fuerza, la estratagema y el ardid. Que procuren sorprender nuestros cuerpos por las noches en los campamentos, y aun por el día en las horas que destinan a ordeñar o matar ganado; que, en fin, introduzcan espías dentro de nuestros mismos cuerpos y campamentos para estar impuestos de cuanto pasa entre nosotros, de nuestras conversaciones, y demás para aprovechar el momento de sorprendernos.

En consecuencia de esto, prevengo a V.S. que redoble la vigilancia en marchas, campamentos y cuarteles; que nunca queden todos los caballos desensillados cuando estén acampados; que siempre estén las avanzadas bien colocadas, y tomados los caminos y avenidas; que no acostumbren acampar o racionar la tropa a una misma hora, que no lo sepa el enemigo y se aprovechen de un momento favorable para sorprendernos. Ninguna vigilancia estará de más cuando se trata de un enemigo astuto y sagaz.

Prevenga a V.S. que prohíba expresamente que tanto en campamento como en cuarteles no se disperse la tropa, como sucede siempre, sino que esté reunida, pues las más veces ha sucedido que las sorpresas de los españoles han sido en nuestros campos, por abandono y descuido, como ha sucedido en Cumaná, Nutrias y Barinitas.

También ordeno a V.S. expresamente que emplee con los enemigos la táctica que ellos: que las estratagemas y los ardides se pongan en ejecución, y que procure V.S. sorprenderlos por todos los medios que le sugiera la perspicacia y la malicia, y sobre todo el conocimiento de sus lugares donde se hace la guerra. Nada es más fácil que sorprender casi todos los días los campamentos o cuarteles enemigos, bien sea de noche, bien sea por el día. Una sorpresa es un golpe decisivo que consterna y destruye para siempre un cuerpo o División. Es pues indispensable emplear las sorpresas con preferencia a las fuerzas; pues V.S. sabe bien que es difícil destruir a campo raso las columnas enemigas. Yo recomiendo pues a V.S. una y mil veces que frecuentemente sorprenda a los enemigos introduciendo espías en su campo, y aprovechando toda ocasión de hacerlo.

Dios, etc.

[BOLÍVAR]

* De un copiador de la Secretaría. Archivo del Libertador, vol. 103, fol. 98 vº. 100. Escrito de letra de Briceño Méndez. Para las características del cuaderno copiador, véase la nota principal del documento nº 2858.

Notas

[1] Interlineado: "y de una a otra compañía haya la misma distancia".

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