Rosario, mayo 10 de 1820.
Al señor Vicepresidente de Cundinamarca.
El Libertador ha sido instruido del oficio de V.E., fecha 29 de abril próximo pasado, participándole las novedades ocurridas en el Sur. S.E. no tiene órdenes particulares que comunicar sobre las operaciones de aquel ejército. Pero a precaución de cualquier mal suceso que pueda haber tenido, me manda diga a V.E., que está V.E. autorizado para disponer de la columna Briceño que existe en el Socorro, y del batallón Vargas en Vélez, bien sea para reparar el ejército del Sur, si por la superioridad del enemigo no pudiere oponérsele, bien sea para reparar las pérdidas que haya sufrido en alguna batalla de suerte adversa. En todo caso no pedirá V.E. sino las tropas que están armadas, así porque las otras no son necesarias, como porque pueden armarse aquí más pronto. Los Coroneles Briceño y Montesdeoca están instruidos por mí de estas disposiciones.
S.E. ha visto con sumo dolor, en los papeles que V.E. le incluye, que el enemigo, aprovechándose de nuestras faltas, ha empezado a conmover las esclavitudes, dándoles la libertad para que abracen su servicio.
Según parece, tiene ya cuerpos numerosos de ellos. Si, como era de justicia, hubiéramos obrado con la misma liberalidad desde que ocupamos el Sur, no tendría ahora Calzada [1] este recurso y nuestro ejército sería, no solamente más fuerte, sino que se compondría de soldados capaces de cualquiera empresa y fatiga. Insta, pues, S.E. para que no se pierda momento en ejecutar la orden de la leva de los esclavos, principalmente en el país más expuesto a las incursiones del enemigo. Esté V.E. cierto que si no nos anticipamos se repetirán las escenas de Venezuela en 1813 y 1814. Los esclavos del territorio que ocupaba el enemigo se le reunieron todos, y los del que estaba en nuestro poder se pusieron en insurrección a favor del partido que los convidaba con la libertad. Una oferta tan lisonjera nunca es despreciada, y los que combaten por alcanzarla doblan su entusiasmo en razón del gran interés que se proponen.
Esta es la historia de la campaña de Boves, causa de nuestra ruina. ¡No quiera el cielo que se renueve en Cundinamarca!
Lo digo a V.E. de orden del Libertador, para su inteligencia y cumplimiento.
Dios guarde a V.E. muchos años,
PEDRO BRICEÑO MÉNDEZ
* De un impreso moderno. De "Cartas a Santander", volumen III, págs. 182-183.