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DOCUMENTO 3671. OFICIO DE BOLÍVAR PARA EL GENERAL SANTIAGO MARIÑO, FECHADO EL 13 DE ABRIL DE 1819. LE ACUSA RECIBO DEL PRIMER PARTE QUE LE HUBIESE MANDADO TOMANDO EN CUENTA EL LAPSO DE MES Y MEDIO QUE SE ENCUENTRAN SEPARADOS; Y ADEMAS LE TRATA OTRAS PALTAS RELACIONADAS CON ESA AUSENCIA Y LE RECRIMINA ALGUNOS ABUSOS COMETIDOS CON LA CORRESPONDENCIA ENVIADA A BERMUDEZ .*

Paso Caraballero, Abril 13 de 1819. 9º

Al Excmo. señor General MARIÑO.

Al cabo de mes y medio que hace me separé de V.E. he venido a recibir ayer el primer oficio de V.E., fecha de 12 del próximo pasado, incluyéndome parte de la correspondencia original aprehendida al Coronel Juez, por el señor General Zaraza, en el ataque que por sorpresa hizo a la retaguardia de la División enemiga con que obra aquí en los Llanos de Caracas. Ni me trasmite V.E., como debía, parte de este suceso, ni me detalla siquiera el lugar, ni día, ni el modo con que tuvo lugar, ni las ventajas que se obtuvieron, ni las operaciones posteriores del enemigo sorprendido y de nuestra guerrilla. Las únicas noticias que tengo sobre todo esto son las que me ha dirigido el Excmo. señor Vicepresidente, que no se detiene a darlas con extensión, creyendo seguramente que V.E. lo haría.

Si esta omisión de V.E. me sorprende, no debe haberme causado menos efecto y extrañeza el absoluto silencio que V.E. guarda sobre sus operaciones y las de la División enemiga que tiene al frente. No puedo persuadirme que ignore V.E. los movimientos de Arana sobre el Pao, no puedo concebir que no haya V.E. tomado algunas medidas en consecuencia, bien sea para oponérsele, o para retirarse. Aun cuando nada de esto hubiera sucedido, estando V.E. encargado de organizar un ejército con que cuenta el Gobierno para la presente campaña, los partes de su situación y fuerza son demasiado interesantes para la dirección general de las operaciones, y yo no tengo otro medio de saber esto que las comunicaciones de V.E.

Pero no son estas las solas faltas que encierra el oficio de V.E. —V.E. usa en él de títulos que no le corresponden, y estando esto impreso no es presumible que sea falta del Secretario ni de otra persona. Hasta ahora yo ignoraba que V.E. fuese Capitán General de la Nueva Granada, y estaba persuadido que era yo el único que lo había alcanzado, porque así me lo afirmó el señor Secretario de la Guerra al tiempo de dirigirme al Despacho. Yo celebraría que también V.E. gozase del mismo honor, y desearía saber si tiene V.E. este título por el Gobierno general de aquella República. Sólo en este caso continuará V.E. despachando con él, porque sería un abuso que irritaría a los granadinos y que siempre será muy perjudicial y escandaloso. Los Capitanes Generales en Venezuela se llaman Generales en Jefe. Esta denominación está determinada por la ley y su infracción es un crimen, mayor aún que el de adoptar un nuevo título, porque a lo menos en este último caso no se muestra el desprecio por la ley que en el primero.

Por graves que son estas faltas parecen todavía leves y disi-mulables comparadas con las otras de que voy a hablar a V.E. Siento una extrema repugnancia a darles crédito, y ciertamente las habría desatendido y rechazado si las quejas no fuesen tan repetidas, y si no emanasen de los primeros empleados y del mismo Vicepresidente. V.E. es acusado: primero de haber pretendido apoderarse del mando, a pretexto de las facultades que tuve a bien delegarle para el mejor acierto de sus operaciones militares, y que de ningún modo se extendían a la Provincia de Gua-yana, ni podían ser en perjuicio de las autoridades establecidas en las respectivas Provincias. Así lo expresé a V.E. en la comisión que se libró, tan clara y distintamente, que no puede V.E. creerse facultado para poner en receso todas las autoridades del país cuyo mando se le ha encargado.

Segundo: V.E. ha entorpecido y detenido su marcha de la capital sin necesidad, haciendo peticiones de auxilios extraordinarios, e inoportunas protestas sobre los resultados de sus operaciones. V.E. había mandado el ejército de Oriente poco antes, sabía su situación y los recursos del país, y si no lo creía capaz para ejecutar el plan de campaña debió representármelo o no encargarse del mando que voluntariamente aceptó y prefirió a su representación en el Congreso.

Últimamente, V.E. ha tomado la correspondencia que venía para mí del señor General Bermúdez, la ha abierto y hecho de ella el uso que le ha parecido. Yo no sé bajo qué aspecto se crea V.E. autorizado para ver las comunicaciones del Gobierno cualesquiera que sean, y mucho menos las de un Gobierno de Provincia que puede y debe entenderse directamente con él.

Repito a V.E. que no es sino con infinito dolor que presto crédito a tantas acusaciones y quejas, y que casi es invencible la repugnancia con que hablo de ellas a V.E. con el objeto de que impuesto de ellas se abstenga en lo sucesivo de reincidir en los mismos o semejantes excesos. Constituido ya un Gobierno y establecida la Representación nacional para dar una marcha fija y ordenada a nuestros negocios, cualquiera falta de parte de los Jefes, encargados especialmente de cooperar al restablecimiento de la República, es doblemente criminal y escandalosa. No es ya el tiempo de la anarquía, del desorden. La lev sola habla y ejercerá su inflexible rigor contra todo el que la infrinja.

Dios, etc.

BOLÍVAR.

* De un impreso moderno, O’Leary, "Memorias", tomo XVI, págs. 304 - 306.

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