Cuartel General Libertador en San Cristóbal, a 14 de abril de 1820. 10º.
Instrucciones para el señor Coronel Salom, Subjefe de Estado Mayor General, y Comisionado para organizar la nueva expedición sobre Ocaña.
Artículo 1º Hará venir a Bucaramanga el batallón Vargas.
2° En Bucaramanga hará componer todos los fusiles que tiene en mano la columna del Coronel Briceño, y con ellos armará el batallón Vargas.
3º Para este mismo batallón tomará todos los fusiles útiles que hubiere en el Rosario, San José, Pamplona, los que tenga también el batallón Pamplona, y todos los que encuentre, en cualquier punto que sea. El batallón Vargas debe ser armado en su totalidad.
4º Debe también proveerse del complemento de fornituras y vestuarios. Si les faltare de las primeras, se tomarán del batallón Pamplona las necesarias, y en su defecto de la columna Briceño; y si faltaren vestuarios se complementarán de los mil remitidos posteriormente del Socorro para la Guardia, o de los primeros que encuentre el Coronel Salom.
De Pamplona hará conducir a Piedecuesta, veinte mil cartuchos, y hará que vayan también treinta mil más con diez mil piedras de chispa, que se han pedido al Coronel Lara, del parque venido de Venezuela. Se dejarán también en Bucaraanga todas las municiones que trae consigo el Coronel Briceño.
5º La columna Briceño debe seguir inmediatamente al Socorro.
6° El Coronel Salom, luego que llegue a Pamplona, llamará al Coronel Lara, previniéndole vaya a incorporársele a Bucaramanga y le entregará las órdenes e instrucciones que S.E. le dirige por su medio y le hará cargo de su destino. El Coronel Salom caminará a Bucaramanga sin detenerse en parte alguna.
7° En Bucaramanga no se perderá momento en disciplinar y foguear al batallón Vargas, cuya marcha importa se verifique a la mayor brevedad, con la dirección y objeto que se expresa en las instrucciones del Coronel Lara.
8º Será su primera atención la recomposición del armamento, organización y equipo del batallón Vargas, que importa marche lo más pronto posible.
9° En los días que permaneciere este batallón en Bucaramanga, será fogueado, para lo que se destinarán los cartuchos viejos que tiene la columna Briceño.
10º El batallón Vargas marchará con 80 ó 100 hombres excedentes al número de fusiles que puedan proporcionársele, para reemplazar las deserciones, y si no los tuviere en su fuerza, se tomarán del batallón Pamplona, prefiriendo los que sean del cantón Piedecuesta y de cualquiera otra tierra caliente.
11º Como la organización y disciplina del batallón Pamplona, es también muy interesante, y es casi imposible conseguirla, por falta de Oficiales, Cabos y Sargentos, quedará la primera compañía de la columna Briceño, a las órdenes del Comandante del referido batallón, con todos los oficiales, sobrantes de la misma columna en comisión para ese efecto, y se harán los más eficaces encargos, tanto a los Oficiales comisionados como al Comandante del batallón, para que no se pierda momento.
Los rifles quedarán en mano de la compañía comisionada para enseñar con ellos el manejo de armas y foguear el dicho batallón, de manera que mientras unas compañías aprenden el manejo, otras se instruyen en los giros y marchas, y así alternativamente. Esta compañía y oficiales, serán pagados por la Provincia de Pamplona mientras esté en su territorio.
12º Llevará el Coronel Salom cien fusiles más de los que tiene la Guardia en mano para el armamento del batallón Vargas, que con los que tiene la columna Briceño, los que se tomen en el Rosario, San José y Pamplona, y los que traiga el mismo batallón Vargas, formarán un total de 700 fusiles.
13º Se pedirán al Socorro todos los bagajes y víveres que necesite este cuerpo para hacer su marcha hasta Ocaña y aun hasta Chiriguaná: lo que falte o no pueda venir del Socorro, se pedirá al Gobernador de Pamplona.
14º Los mil vestuarios remitidos posteriormente del Socorro, quedarán en Pamplona al cargo del Ministro y a la disposición única y exclusiva del comisario de la Guardia a quien el Ministro dará aviso de haberlos recibido.
15º Las mulas que trae el Comandante Cerrada, las que vienen del Socorro, las que tiene el Gobernador de Pamplona y las que vengan de Bogotá, se situarán en los pasajes más convenientes, al cargo de personas las más cuidadosas, para que se conserven bien gordas y útiles: que no se empleen en servicio alguno, y sólo podrá disponer el Coronel Salom de las muy indispensables para trasladar las municiones de Pamplona a Bucaramanga.
16º Todo desertor de la columna que va a marchar a Ocaña será pasado por las armas si es aprehendido. En la boca de Cachiri se establecerá un destacamento de gente escogida para aprehender los desertores.
17º Los armeros, mientras estuvieren ocupados en la reparación del armamento para el batallón Vargas, serán gratificados con dos pesos diarios, cuyo gasto saldrá de los fondos de la Provincia, o de donativos repartidos entre godos, y muy particularmente entre el cura y alcalde de Girón, y demás que respondieron por Montilla.
18º El batallón de Vargas, será completamente provisto de mantas, si no las tiene, que se solicitarán donde quiera que las hubiese, se pedirán al Socorro y se comprarán a particulares de grado o por fuerza, nuevas o usadas, grandes o pe queñas.
19º Además se procurará llevar trescientas mantas para la columna de Ocaña. Todos los gastos que haya que hacer saldrán de las Provincias de Pamplona y Socorro, de donativos, y en el último caso de la caja de la columna Briceño, a quien se le indemnizarán por las respectivas Provincias.
20º Se pedirá al Socorro reemplazo doble por todos los desertores que tuviere el batallón de Vargas, y se conducirán amarrados hasta Ocaña.
21º El Coronel Salom está autorizado para tomar todas las medidas necesarias para la ejecución de cuanto se le encarga.
BOLIVAR
* De un impreso moderno, O’Leary, "Memorias", tomo XVII, págs. 132-134.
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