Cuartel General en San Cristóbal, abril 13 de 1820.
Al Excmo. señor Vicepresidente de Venezuela.
Nada ha sido más oportuno que la venida de los mil setecientos cincuenta y cinco fusiles que conduce el Teniente Coronel J. Antonio Gómez. Esto resuelve todas mis dudas sobre las presentes operaciones y ya marcha el General Urdaneta al Bajo Apure con las instrucciones necesarias.
De San Juan de Payara dije a V.E. que luego que el señor General Bermúdez volviese de la isla de Margarita continuase en el mando del ejército de Oriente a que fue destinado desde abril del año último, y se nombró al Coronel Conde [1] para Jefe de Estado Mayor de dicho ejército. Los cuerpos que manda el General Cedeño, a consecuencia de las órdenes que se le comunicaron en el Bajo Apure a fines de enero, los que mandan el General Monagas y los que existan en la Provincia de Cumaná, constituyen el ejército de Oriente a las órdenes del señor General Bermúdez. Defender el territorio libre de las Provincias de Caracas, Barcelona y Cumaná, y reunido atender a la defensa de Guayana si el enemigo la invade, es el primer deber del ejército de Oriente; pero como estas fuerzas, en cualquier número que sea, deben cooperar al movimiento general del ejército, se recomendará muy encarecidamente al General en Jefe y a los divisionarios que aumenten, organicen y disciplinen sus cuerpos, y se preparen a obrar ofensivamente para cuando se les ordene.
V.E. hará trascendentales estas órdenes al ejército de Oriente, y dispondrá que por la parte del Llano de Caracas, se moleste incesantemente al enemigo con guerrillas.
Si el enemigo intentare una operación contra Guayana por mar o por tierra con fuerzas superiores a las del ejército de Oriente, y que pueda comprometer la seguridad de esa capital, volarán mil fusileros a reunirse al General Bermúdez al primer aviso de V.E. ; pero como si las fuerzas enemigas no resultaban equivalentes a las que yo desprendía, podía esto ocasionar un grave trastorno, V.E. procurará indagar la verdad de los movimientos antes de pedir el auxilio al señor General Páez, a quien doy las órdenes correspondientes.
Dios guarde a V.E. muchos años.
BOLIVAR
Nota: El señor General Arismendi volverá a la isla de Margarita a continuar en el mando de sus armas.
Es necesario que V.E. haga remitir al ejército de Occidente 200 barriles de harina y el ron que se pueda comprar cómodamente para la Legión Británica, y sal para todo el ejército, pues la falta de este artículo influye tan esencialmente en el soldado de Cundinamarca que lo reduce casi a esqueleto.
Si se recibiesen vestuarios de Inglaterra, me remitirá V.E. 4.000 chaquetas de las mejores, y paño azul, verde y encarnado para oficiales, o uniformes hechos si también vinieren.
Que haga reducir a cartuchos toda la pólvora y mandarlos al Bajo Apure y tener un buen repuesto.
* De un impreso moderno, O’Leary, "Memorias", tomo XVII, págs. 124-125.