Araguaquen, marzo 12 de 1819.
Al señor general Santander.
Desde que tuve la satisfacción de contestar a V.S. en Payara sus oficios de 2 de diciembre pasado, no había tenido otra noticia de V.S. hasta que en mi regreso de Angostura he recibido sus tres oficios de 14, 19 y 26 de enero último, con los números 10, 11 y 12.
Estas comunicaciones me han sido muy satisfactorias por la situación en que V.S. me asegura hallarse esa división, por la organización y orden en que se halla esa provincia y por los detalles que ha tenido V.S. de las fuerzas enemigas en la Nueva Granada, sus proyectos y espíritu patriótico de las tropas con que intenta el enemigo la invasión.
De todo quedo instruido, y doy a V.S. las gracias por el infatigable celo, actividad y prudencia con que ha restablecido el orden y buena administración en la provincia y en la división, engrosando ésta y poniéndola bajo un pie respetable por su fuerza, instrucción y disciplina.
El nuevo plan de operaciones que V.S. ha concebido a consecuencia de los temores de ser invadido, y dirección que trae el enemigo, me parece muy prudente y acertado. Si V.S. logra destruir, como me prometo, los dos cuerpos que se acercan por Paya y Santiago, y reuniendo rápidamente sus fuerzas, carga sobre la masa del ejército que sale por Chire, es muy probable que la victoria coronará sus esfuerzos.
Estoy muy satisfecho de que V.S. no ejecutará este plan, ni ninguna otra operación, sino con toda la prudencia y circunspección posibles. Las circunstancias en que nos hallamos me obligan, sin embargo, a recomendar muy encarecidamente a V.S. estas dos virtudes para asegurar el éxito de la campaña. Mientras no hayamos batido a Morillo y asegurado así la espalda de V.S., sus operaciones deben ser muy meditadas y prudentes. La seguridad de esa división depende del éxito que tengan nuestras operaciones actuales, y recíprocamente, la seguridad del éxito de occidente consiste en que V.S. le cubra y asegure la espalda contra las tentativas de la Nueva Granada. Que este sea, pues, el objeto de sus empresas y operaciones, hasta que batido el ejército granadino de Morillo, pueda ser V.S. reforzado para obrar activa y ofensivamente.
Según dije a V.S. en mi oficio del 22 de enero último, "suspendo las operaciones del ejército para aguardar un gran refuerzo que el consejo de gobierno me participa haber llegado a Angostura. Yo mismo marcho a conducirlo, y entre tanto el señor general Páez queda encargado de entretener al enemigo y evitar una batalla general".
Por más esfuerzos que hice para regresar inmediatamente, no me fue posible, y lo peor es que en lugar de 4.000 ingleses que creí encontrar en Angostura, sólo habían llegado 500, que están ya aquí. El resto de la expedición del comandante Elson, a que este cuerpo pertenece, debe haber llegado también a Angostura; pero no lo sé aún y sería muy aventurado esperarlo más tiempo.
La otra expedición que salió de Inglaterra a las órdenes del coronel English, junto con la que ha llegado aquí, recaló por desgracia nuestra a Trinidad, y de allí varió la dirección y se fue para la isla de Margarita, a donde llegó el 8 del mes pasado, según los partes del general Arismendi y almirante Brion.
Esta expedición consta de 1.800 hombres de infantería, y como estando en Margarita no es posible hacerla venir aquí antes de tres meses, me ha sido necesario variar de plan de campaña. Las operaciones que he meditado y voy a ejecutar, son más aventuradas, pero más decisivas. El señor general Urdaneta con la División inglesa de Margarita y con mil hombres más sacados de aquella isla y del ejército de Cumaná, debe hacer un desembarco sobre la costa de Caracas y apoderarse de aquella capital, mientras que yo con este ejército distraigo y divierto al enemigo, lo persigo y destruyo si se retira a atender a la costa, o lo bato antes si se me presenta una ocasión segura o muy probable de alcanzar la victoria. Mañana marcho con la infantería que he encontrado aquí a reunirme con el general Páez, que se ha adelantado con la caballería en persecución del enemigo.
Mil pequeños sucesos han tenido lugar en este ejército después de mi marcha de Angostura. Noticioso Morillo de la llegada de los ingleses, y de mi marcha a buscarlos, se atrevió a pasar el Apure y lo ejecutó al frente de San Fernando, el 26 de enero, sin encontrar oposición. Nuestras tropas se habían retirado al Caujaral, dejando entre Apure y Arauca tres fuertes guerrillas que interceptasen las comunicaciones al enemigo y le molestasen la espalda, si se acercaba a este último río. Morillo no solamente se acercó, sino que pasó el Arauca más arriba del Caujaral, perdiendo en la tentativa que hizo por este otro paso más de 150 hombres.
Como nuestro objeto era evitar la batalla, el general Páez retiró nuestra infantería hasta las riberas del Orinoco por esta parte, y él con la caballería se quedó observando al enemigo, molestándole e impidiéndole que tomara ganado. Hubo varios choques entre nuestras partidas y las enemigas, en que siempre triunfamos. Al fin, cansado Morillo de moverse con la esperanza de una ventaja, sin obtener ninguna; debilitado por la pérdida de algunos escuadrones que se le batieron en diferentes ocasiones y bien convencido de su entera y absoluta ruina si insistía en solicitar la batalla, repasó el Arauca el 23 de febrero, y se ha situado entre este río y el Apure, extendiéndose hasta la isla de Achaguas. Si es verdad que ha dividido sus fuerzas, situando sus divisiones a largas distancias, como dicen, en Payara, Achaguas y San Fernando, podré batirlo en detal. Yo voy a acercarme cuanto sea posible, y según los partes que reciba de nuestras guerrillas que lo observan, tal vez me decidiré a dar de una vez la batalla. Desde Angostura se comunicó a V.S. la instalación del congreso general por el secretario de aquel cuerpo, y participé a V.S. el nombramiento que tan inmerecidamente hizo en mí para presidente de la república, encargado del poder ejecutivo, mientras se sanciona la constitución y se elige el presidente conforme a ella. Supongo que habrá recibido V.S. aquellas comunicaciones y publicado el bando de reconocimiento, prestado el juramento al mismo gobierno, y recibido el que deben prestar las demás autoridades de la provincia y jefes del ejército. Ha sido muy generalmente sentido el que no hayan concurrido aún los diputados que corresponden a esa provincia en el congreso. Por repetidas veces he encargado a V.S. su elección, con arreglo al reglamento que se publicó al efecto y que consta en el Correo del Orinoco.
De nuevo insto a V.S. para que se hagan estas elecciones a la mayor brevedad y marchen los representantes a tomar la parte que debe tener esa provincia en la representación nacional de Venezuela, mientras se liberta la Nueva Granada y se verifica la reunión de los dos pueblos en uno solo, o se constituye el gobierno que la voluntad general libremente pronunciada, proclame.
[S. BOLÍVAR]
* "Cartas a Santander", vol. II, páginas 17 - 20.
RSS 2.0