Al Señor Presidente del Consejo de Gobierno. Excmo. señor:
Cuando leía ayer la correspondencia que me dirigió V.E., en la flechera Constitución con fechas de 1º, 5 y 6 del corriente, tuve el dolor de interrumpirla para oír la relación de la desgracia ocurrida al señor General Sedeño el 20, a las inmediaciones de Calabozo. La División con que aquel jefe cubría los Llanos de Caracas, compuesta de 300 infantes y mil caballos, fue batida por fuerzas iguales a las órdenes de Morales. Nuestra infantería fue sacrificada toda, porque la caballería, que se ha salvado [1], la abandonó casi sin combatir.
Este suceso hace más y más urgente la necesidad que antes he representado a V.E. de reclutar activamente cuantos hombres puedan servir para la infantería, comisión de que han sido encargados los señores Generales Urdaneta y Valdés. Es preciso no perder un momento [2] en rehacer nuestras pérdidas de esta arma, que en el día queda reducida a un número insignificante. Inste V.E. a mis comisionados para que actien sus operaciones [3] y tomen las medidas más eficaces y enérgicas.
Como el artículo de mis [4] instrucciones en que les [5] prevenía que, al paso que se fuesen formando los cuerpos, los remitiesen a este Cuartel General, no puede ya ejecutarse sin peligros, les comunicará V.E. de mi orden que suspendan las remisiones, que no deben hacerse sino a Angostura, donde [6] permanecerán disciplinándose hasta que se prevenga otra cosa.
Con los vestuarios que V.E. me ha remitido hay bastante por ahora para suplirlas necesidades del Ejército, y como por otra parte los pocos fondos que tenemos deben emplearse con preferencia en proveernos de las armas y municiones que tan urgentemente necesitamos, suspenderá V.E. las contratas sobre vestidos [7], reteniendo en esa capital los más que hayan comprado.
Las medidas que V.E. me participa haber tomado para adquirir los fusiles y municiones, me han parecido muy convenientes; pero es necesario asegurar de todos modos el cumplimiento de las contratas y no descansar hasta que no tengamos abundantemente todo lo que necesitamos. Esto es lo que importa por el momento, y la atención y esfuerzo de V.E. deben fijarse en esto exclusivamente.
En mis comunicaciones anteriores previne a V.E. que detuviera en ese puerto la escuadrilla que se preparaba a salir al mar. Ahora añado que la haga V.E. subir inmediatamente al puerto de Caicara con alguna sal, para beneficiar allí la carne que necesitamos para muchos importantes objetos. Si no estuviese toda ella lista, vendrán por lo menos los buques que lo estén, mientras se reparan los otros. El Comandante que venga mandándolos aguardará las órdenes que oportunamente le libraré y pondrá a disposición del Comandante del Departamento la sal que traiga.
El señor Coronel Montesdeoca [8] que tendrá el honor de presentar a V.E. este pliego, informará a V.E. extensamente sobre nuestra situación. El va también encargado de comunicar órdenes mías a los señores Generales Urdaneta y Valdés, relativas a sus comisiones.
Dios, etc.
[BOLÍVAR]
* Del copiador n° 9. Archivo del Libertador, vol. 25, fol. 6 vº. Escrito de letra de Briceño Méndez. Para las características del cuaderno copiador véase la nota principal del documento nº2776.
RSS 2.0