Magdalena, 7 de marzo de 1826.
señor Don Manuel Lorenzo Vidaurre.
Estimado amigo:
Los negocios de su país de Vd. reclaman imperiosamente la presencia aquí del señor Pando. Así he tenido que aconsejar al Consejo de Gobierno, para que mandase por él, y en su lugar fuese el señor Tudela, cuyos talentos y probidad Vd. conoce, o aprecia tanto o más que yo. Así suplico a Vd. que trate a este amigo y compañero con toda aquella cordialidad amistosa que es tan necesaria para el buen éxito de los negocios públicos. El Consejo de Gobierno ha instruido al señor Tudela de todas sus intenciones y deseos: él comunicará a Vd. todo esto.
Mando a Vd. una gaceta de Arequipa defendiéndolo a Vd. contra los porteños, que dicen que Vd. es un imbécil por la circular y por las opiniones que ha expresado en una de sus cartas a mí. Yo me alegro que Vd. haya recibido este insulto, para que no sea Vd. tan amigo de publicar sus ideas con la franqueza excesiva, por no decir imprudente.
Un diplomático, debe ser todo reserva, misterios y doblez. Por el contrario es Vd. un hombre de cristal, diáfano como el aire, no quiero decir que es Vd. tan ligero, aunque se parece Vd. al céfiro. No digo más por no pelear con Vd. pero el amigo Tudela lleva muchas recomendaciones mías para que las diga a Vd. verbo a verbo, cara a cara, cuando y como se presente la ocasión. Crea Vd. que si yo no tuviese por Vd. tanta estimación, ni tuviese por Vd. tanto interés, no me metería en sus negocios.
De todos modos créame Vd. su mejor amigo de todo corazón.
BOLÍVAR.
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