Cuartel General de San Fernando, 7 de mayo de 1818, 8º
SIMÓN BOLÍVAR,
Jefe Supremo de la República, Capitán General de los Ejércitos de Venezuela y de la Nueva Granada &., &.
Al Benemérito señor General de División Manuel Sedeño.
Acabo de recibir el oficio de V.S. fecha 5, de que fue portador el capitán Sánchez, y en el momento he dado mis órdenes para que marche un piquete de húsares que había aquí con 200 caballos buenos.
Si las fuerzas que trae el enemigo son las que V.S. me informa, me parece ésta una muy bella ocasión para batirlo; pero es preciso que vaya V.S. a buscarlo, porque V.S. sabe que nuestras tropas se acobardan cuando son atacadas, y por el contrario adquieren alguna confianza cuando ellas atacan. Si por todas las noticias que haya V.S. adquirido somos superiores en caballería, aunque sea algo inferior nuestra infantería, no solamente creo que debe V.S. marchar sobre él, sino que igualmente conviene que sea cuanto antes, para no darle lugar a que acabe de reunirse, y a que aumente mucho sus fuerzas con la gente del país, que sin duda es su objeto principal. Yo no creo que el enemigo venga sobre Calabozo con menos de 1.500 hombres, y no teniéndolos, aguardará a reunirlos, y es muy posible que lo logre si se le da tiempo. Conviene, pues, atacarlo y destruirlo antes que sea más fuerte.
Los prisioneros que se hagan de infantería dará V.S. orden para que no se maten y se agreguen al batallón. V.S. sabe que necesitamos aumentar esta arma, y no hay otro medio de hacerlo, que conservando por ahora los que tomemos al enemigo.
Recomiendo a V.S. que no comprometa una batalla contra fuerzas superiores, y que ejecute mis órdenes anteriores en el caso de que el enemigo sea tan fuerte, que sea aventurado el suceso. V.S. obrará con toda prudencia y precaución, para no caer sobre un cuerpo más fuerte.
Como V.S. me ha dicho antes que en caso de retirada se dirigirá al Guayabal, envío los caballos por aquel camino, para que en todo caso los encuentre V.S.: son los mejores que hay según dicen todos. El mismo camino llevarán los que V.S. ha mandado buscar al potrero.
Recomiendo a V.S. la más grande vigilancia, de modo que haya siempre adelante muchos espías que nos den parte de todo lo que suceda e intente el enemigo. El día de acción no debemos contar sino solamente con el esfuerzo que hagamos para obrar con el mayor orden y uniformidad. En la persecución cuando se haya roto al enemigo debemos ser muy cautelosos para que no suceda lo mismo que en la Puerta; de consiguiente es muy útil predicarle a las tropas para que obren con la mayor uniformidad, y según los movimientos que se le manden; sobre todo que no se duerman nunca, nunca, nunca. Más vale avanzar en orden con despacio, que volar en desorden; porque el enemigo sabe aprovecharse de la debilidad y de la ocasión, y destruir fácilmente a los que se adelantan, y los demás vuelven cara y huyen: que haya siempre una reserva pronta para contener a los rechazados y fugitivos, que no piense más que en mantener el orden y destruir a los cobardes.
Además, el sistema de sorprendernos continuará si nosotros continuamos en hacer mal el servicio, en vivir abandonados a todos los descuidos: que la pereza y la ignorancia nos hacen padecer los vergonzosos males que hemos experimentado hasta el presente. Autorizo a V.S. para que publique órdenes generales muy detalladas por medio del estado mayor para la instrucción de los jefes, oficiales y tropa, y castigará con la muerte a los que falten a ellas.
Dios guarde a V.S. muchos años.
BOLÍVAR
* De la Gaceta de Caracas nº 197 del 1º de julio de 1818. La Comisión Editora no ha visto el original y hace las mismas observaciones de comunicaciones anteriores publicadas en la Gaceta de Caracas, en razón de su condición antirrepublicana.
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