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DOCUMENTO 4129 CARTA DE BOLÍVAR PARA SANTANDER, FECHADA EN TUNJA EL 26 DE MARZO DE 1820, DÁNDOLE CIERTAS INSTRUCCIONES EN RELACIÓN CON SU DISCURSO, REFIRIÉNDOSE TAMBIÉN AL DINERO QUE AÚN NO LE HA DESPACHADO A PÁEZ, Y A ALGUNOS OTROS PAR­TICULARES.*

Cuartel General de Tunja, 26 de marzo de 1820.

A S.E. el General F. de P. Santander.

Mi querido General:

Remito a Vd. la Gaceta N° 22 para la continuación de mi discurso; en ella es menester tomar el mayor interés en sus enmendaduras, porque lo he hecho en el mayor desorden, pero lo que está borrado debe no ponerse. Lo que está subrayado, como son las expresiones de Montesquieu, que se ponga en letra bastardi­lla, y la divisa en letra mayúscula.

He recibido de Páez varias comunicaciones de poco interés; pero hay dos puntos que parecen capitales. El oficial español, que traía la correspondencia interceptada, dice y propagaba la idea de que venían 10.000 españoles de Europa: por un acci­dente murió éste y no pudo declarar la verdad. Una carta dice que se le ha dado a la tropa en el Pao ración de sal para tres meses; debe ser operación sobre Apure, pero yo no la creo; sin embargo, marcho a Cúcuta para obrar, según las circunstancias, con la mayor rapidez. Supongo que Vd. no tendrá dinero corriente para mandarle a Páez los veinte y cinco mil pesos, y así se lo he escrito ya, pero como yo le he dicho mil verdades sobre el abuso y los desór­denes que se cometen por allá, con el motivo de la demanda que me hace de este dinero, es preciso no dejar de darle algo, ya que se le dan tantos consejos, y consejos en forma de regaños muy acres. Lo demás que venga en plata apureña, que de algo le servirá a él y los acreedores. Los tres batallones de Tunja, So­corro y Pamplona marcharán a principios de mayo para Cú­cuta, por que a principios de mayo deben marchar las otras tropas donde Dios las lleve y su suerte.

Mando llamar a Lara para que se haga cargo del mando de esta provincia, para cuando salga el batallón de Tunja con su comandante. Es el más propio que hay para mandar, sobre todo, en circunstancias que debo sacar el parque que viene por el Meta a fuerza de empujones, pues palancas no hay, y es el único que se puede reemplazar en el Estado Mayor por el Co­ronel Avendaño [1]. El no es muy bonito pero muy justo y exac­to en sus operaciones, y por eso lo prefiero a otros que son muy amables, pero que no sirven para nada.

Mañana parto para Sogamoso para ver las chicheras que han envenenado, la tropa, el nitro y el plomo; de allí seguiré inmediatamente por Santa Rosa a Cúcuta.

Estoy medio loco con que no vienen los fusiles, ni sé de ellos, estoy en irlos a buscar.

Dele Vd. al Coronel Ortega mi retrato y el del General Páez, pues esos señores creo tratan de ir a pasear a esa capital, y si no los apuran no salen nunca, y temo que primero llegue yo a Caracas que ese dinero a Apure. Ahora voy a trabajar las instrucciones para Valdés, pero si no van por este correo, que no espere el General Valdés por ellas, que a tiempo le alcanzarán.

Las mulas que han venido son muy malas, pues según me ha dicho Alvarez se han cansado cuatro en el tránsito trayéndolas de diestro, y lo mejor es hacerlas cambiar con los particulares, pues de resto, no sirven para nada. Las tomadas por el Estado si son buenas, bien; y las de particulares que las cambien, en la inteligencia que han de ser de silla, pues de carga no las necesitamos.

Adiós, su afmo. de corazón,

BOLIVAR

* De un impreso moderno. Obras Completas de Bolívar, vol. I, págs. 418-419.

Notas

[1] General Avendaño. Véase documento 233, nota 3 del vo­lumen III de esta colección.

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