El Rosario, 24 de julio de 1820.
A S.E. el general F. de P. Santander. Mi querido general:
Mucho me alegro del suceso de Maza [1]: el niñito es pesado; por cada herida mata 100 hombres, sin más novedad.
Me alegro de los 600 hombres que han ido al Bajo Magdalena. Me alegro que Calzada espere en Timbio.
Me alegro que Morillo reciba esta respuesta que mando para que se imprima con su oficio.
Me alegro que reciba la declaratoria de Venezuela para que sepa lo que es amargo. A La Torre le escribo que deseara que mis comunicaciones les fuesen satisfactorias a ellos como me han sido a mí las suyas; y otras muchas ternuras para que vean que soy amable en agradecimiento del título de presidente que me han dado.
Mañana es san Rondón [2], y cumplo años yo, y todos mis compañeros en Vargas, que aunque es tan tierna la niña ya está tratando de paz con los embajadores extranjeros, y sabe tanto de política la niña como Maquiavelo.
Estoy esperando por momentos y con mucha ansia el gran parto de nuestra madre la revolución. ¿Si será un ratón?
Adiós, mi querido general, soy de Vd. y mándeme con Ramón mis papeles y libros, porque todos se necesitan para estos negocios diplomáticos, bien que con las autoridades respetables de los publicistas más acreditados entre nosotros: Infante, Carbajal, Rangel y Aramendi [3], y cien otros autores clásicos, llevaremos la controversia victoriosamente.
Vuelvo a decir adiós.
BOLÍVAR
* De un impreso moderno. Simón Bolívar, "Obras Completas", tomo I, pág. 482.