Cuartel General de Tunja, a 2 de marzo de 1820.
Al General Valdés, al General Sucre, al Coronel Figueredo, al Gobernador de Casanare y al Capitán Silvestre Alvarez [1].
En el ejército y en los parques tenemos muchas municiones, así, no necesitamos de las que vienen de Venezuela. Pero urge mucho los fusiles para armar tantos cuerpos que tenemos formados sin armas. Que vengan, pues, los fusiles sin la menor demora y que las municiones se encarguen al señor Gobernador de Casanare, para que las conserve en seguridad. Luego que hayan venido todos los fusiles, que se manden a Soatá 50.000 cartuchos para el ejército de Cúcuta.
Encargo con el más grande encarecimiento que se ponga el mayor celo e interés en la conducción del armamento, pues ya estos pueblos desesperan por verse armados, y su seguridad lo exige imperiosamente. Tómense medidas anticipadas para que llegado el caso nada falte.
Dios guarde, &., &.
BOLIVAR
* Del copiador de la Secretaría. Archivo del Libertador, tomo XVII, primera parte, folio 63.