Cuartel General de Chórala, 26 de febrero de 1820.
Señor Antonio Morales [1],
Comandante General de la Provincia del Socorro.
Señor Coronel:
Tengo entendido que un tal Miguel Dulcey, que hace de comandante aquí, tiene una conducta desordenada, perjudicando el vecindario, y por consiguiente nuestra opinión. Haga V.S. juzgar este individuo en un consejo permanente.
Un tal Tapia y un tal Carrizoso pueden servir muy bien para la instrucción de estas milicias. Este lugar merece mucho la atención del gobierno.
Yo temo mucho que el señor Santos sea otro Dulcey en Vélez [2]. Averigüe V.S. la conducta de Santos y si no fuere la más regular hágalo juzgar por el consejo permanente.
Es preciso el último rigor con los malvados, sean godos o sean patriotas, porque la República tanto gana en la destrucción de un buen realista como de un mal ciudadano. El crimen en todos los partidos es igualmente odioso y condenable: hagamos triunfar la justicia y triunfará la libertad.
Dios guarde a V.S. muchos años.
BOLÍVAR
Sobrescrito: El Presidente. Al Señor Coronel goberador de la provincia del Socorro, Antonio Morales. Socorro.
* De impreso moderno. "Cartas del Libertador" (Fundación Boulton), tomo XII, págs. 171-172.