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DOCUMENTO 4671 OFICIO DE PEDRO BRICEÑO MÉNDEZ PARA EL GO­BERNADOR DE LA PROVINCIA DE EL SOCORRO, FECHADO EN ROSARIO EL 13 DE JULIO DE 1820, EN EL CUAL LE AVISA RECIBO DE CORRESPONDENCIA Y ENTRE OTRAS COSAS LE DA INSTRUCCIONES PARA LA VACUNACIÓN DE LA TROPA CON­TRA LA VIRUELA.*

Al señor Gobernador, Comandante General de la Provincia del Socorro.

Está en cuenta S.E. de todo lo que US. me dice en sus tres oficios de 4 del corriente. Por el Estado Mayor General se acusará el recibo de las lanzas remitidas, irá el tambor que reclama US. y se está tomando cuenta al señor Coronel Montesdeoca de la inversión del dinero, frazadas, arroz, lanzas, etc., que US. le suministró al tiempo de su marcha.

El señor Coronel Justo Briceño me dice con fecha 8 del corriente, que no ha podido cumplir la orden que le comuniqué, para que vacunase en la columna de su mando los soldados que no lo estuvieran, a causa de que el fluido vacuno que hay en la Provincia no ha producido efecto alguno. Según me informa el Comandante General de Tunja, en aquella Provincia ha prendido bien la vacuna. Hágala US. llevar a ésa por algunos jóvenes que se vayan inocu­lando, y la vayan extendiendo de pueblo en pueblo. Este es el me­dio más seguro, porque el fluido que se transporta en cristales, aun­que pegue bien y produzca la viruela, no conserva siempre la fuerza, y regularmente salen vanas. Tome US. el más vivo interés en que llegue cuanto antes el fluido de Tunja y en que la tropa del señor Coronel Briceño, sea la primera que se vacune. Enviando seis u ocho muchachos sanos y robustos al primer pueblo de Tunja donde lo haya, y trayéndolos de allí de modo que venga a madurar la viruela en esa capital, pronto se logrará el fin. Es excusado recordar el cui­dado que debe haber con los que la reciban, y que debe observarse estrictamente el reglamento o instrucción sobre el método de pre­paración, curación y modo de introducirla. Con respecto a esto úl­timo, advierto que es preciso un gran cuidado en que la lanceta con que se introduzca esté perfecta, perfecta, perfectamente limpia y aseada. El menor sucio o moho embota y absorbe el ácido de la vacuna y la desvirtúa. No será nunca excesivo el cuidado de US. en esta parte.

Dios, etc.

Rosario, julio 13 de 1820.

PEDRO BRICEÑO MÉNDEZ

* De un impreso moderno. O’Leary, "Memorias"; tomo XVII, págs. 301-302.

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