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DOCUMENTO 5390 OFICIO DE PEDRO BRICEÑO MÉNDEZ AL SEÑOR GENERAL DE DIVISIÓN JOSÉ ANTONIO PAEZ, FECHADO EN TRUJILLO EL 5 DE MARZO DE 1821, POR EL CUAL LE INFORMA, DE ORDEN DEL LIBERTADOR, DEL ESTADO DE LOS NEGOCIOS PO­LÍTICOS CON OCASIÓN DEL SUCESO DE MARACAIBO QUE ABRE LA POSIBILIDAD DE UN ROMPIMIENTO DE HOSTILIDADES; POR TANTO, DEBE ESTAR PRONTO PARA OBRAR OFENSIVAMENTE AL PRIMER AVISO. EL CORONEL PLAZA MARCHA HACIA EL APURE Y SE PONDRÁ A LAS ORDENES DE PAEZ. PROVEA A LA SUBSISTENCIA DE LAS TROPAS. MISERIA EN CUCUTA, MERIDA Y TRUJILLO. EL LIBERTADOR VA HACIA BARINAS Y ES POSIBLE QUE PASE A INSPECCIONAR EL EJERCITO QUE ESTA AL MANDO DE PAEZ Y A COMUNICARLE "SUS PLANES Y PRO­YECTOS" SOBRE LA CAMPAÑA.*

Cuartel General en Trujillo, a 5 de marzo de 1821.

Al Señor General de División José Antonio Páez.

El 1° del corriente llegó S.E. el Libertador a esta ciudad, y ni en ella, ni en los demás puntos de la línea que cubre este ejército, ha encontrado novedad particular.

Por mis comunicaciones de 16, 19 y 21 de febrero último, supongo a V.S. instruido de los temores que S.E. justamente ha fundado de que llegue el caso de un rompimiento con el enemigo por consecuencia del suceso de Maracaibo. La contestación que el General La Torre ha dado al aviso que oportunamente se le dirigió por el señor General Urdaneta sobre aquel suceso confirma a S.E. en los temores de que muy pronto se abran las hostilidades, porque el enemigo ha visto como una infracción del Armisticio y un acto hostil, la protección prestada a Maracaibo por nuestras armas. Así se hacen más urgentes e importantes las disposiciones que comu­niqué a V.S. en aquellas fechas, las cuales me manda S.E. [enca­rezca] [1] recomiende y encarezca a V.S. de nuevo con la mayor ins­tancia. S.E. espera que el ejército del mando de V.S. estará reunido y pronto, no sólo para rechazar cualquier ataque inesperado que intente el enemigo sino para obrar activa y ofensivamente al pri­mer aviso que V.S. reciba.

Como la posesión de Maracaibo ha asegurado la de esta Provincia, la de Mérida y Cúcuta y como situados nosotros allí, no podrá el enemigo internarse ni emprender nada por esta parte, temiendo ser envuelto y cortado, ha dispuesto S.E. formar una fuerte Divi­sión en Maracaibo con los batallones Tiradores, Rifles, el Veteranos de Maracaibo, 800 hombres más de Santa Marta y el escuadrón de Cazadores a caballo. El señor General Urdaneta marchó ayer a tomar el mando de esta División que obrará oportunamente y como ella ase­gura estas Provincias de toda invasión, y hace innecesarias las tropas que cubrían esta frontera, ha mandado S.E. marchar sobre Barinas los batallones de Tunja y Vargas y el primer regimiento de caba­llería de La Guardia. Estos cuerpos deben ocupar los cuarteles que tenía el Coronel Plaza, a quien se ordena pase a situar su Brigada en Santa Lucía y la parte baja del Santo Domingo, previniéndole que puede extenderse hasta el otro lado del Apure, hasta colocarse al frente de Nutrias, en San Vicente y Setenta, y en este caso se ponga a las órdenes de V.S. desde el momento que pase el Apure. S.E. piensa incorporar aquella Brigada al ejército del mando de V.S. llegado el caso de las hostilidades. Además de las fuerzas que están ahora en marcha para Barinas, según he dicho arriba, deben ir por Pedraza sobre dos mil hombres. Tantas tropas no pueden subsistir, y perecerán sin duda, si no toma V.S. el más vivo interés en proveerlas oportuna y prontamente de ganados, no sólo para su subsistencia mientras existan en cuarteles, sino para cuando se abra la campaña. S.E. recuerda con este motivo y renueva a V.S. las encarecidas y repetidas órdenes que se le libraron en el mes de diciembre sobre este importante objeto. No es posible ni hay esperanzas de conseguir medios para sostener el ejército sino en Barinas, confiando en el ganado de Apure y en la actividad y celo de V.S. Cúcuta, Mérida y Trujillo están arruinadas y expuestas a ser desamparadas por sus habitantes, huyendo del hambre. Será un mila­gro que puedan mantener siquiera los numerosos hospitales que tenemos y las partidas fuertes que se dejan de observación sobre el ejército español. Es preciso, pues, que V.S. agote sus esfuerzos y tome las más eficaces medidas para que venga a Barinas todo el ganado que antes se ha pedido, y aún más si fuere posible, porque habiéndose aumentado el número de las tropas con que se pensaba obrar por esa parte, se ha doblado el gasto de provisiones y se escaseará el pan, de modo que sea al fin forzoso darles carne sola. Repito que S.E. descansa en el interés y celo de V.S. Aunque se han librado las órdenes convenientes para que los cuerpos que marchen ahora se coloquen debidamente y estén prontos para moverse a la primera novedad que ocurra, o aviso que se les dé, marcha S.E. para Barinas a hacerlas cumplir. Tal vez tendrá ocasión de ir también al Cuartel General de V.S. a inspeccionar el ejército, y a comunicarle verbalmente sus planes y proyectos sobre la campaña. Dentro de cuatro días emprenderá la marcha, y la hará con toda la rapidez posible. Olvidaba decir a V.S. que el señor Coronel Plaza debe dejar en Barinas las municiones y piedras de chispa que tiene y que V.S. debe proveerle de las que necesite.

Dios guarde a V.S. muchos años.

PEDRO BRICEÑO MÉNDEZ

* Archivo del Libertador. O’L. VoL XVIII, primera parte, fº 103 y vto. y 104.

Notas

[1] Testado [encarezca].

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