Potrero de Araguaquen. 27 de enero de 1818.
Al señor General Páez
Entregándome ayer tarde el capitán Laurencio Silva [1] el oficio de V.S. de 24 del corriente, puso también a mi disposición los caballos que conducía, y que distribuidos en el ejército no han alcanzado para montarlo todo.
Un momento antes que el Capitán Silva había llegado también la partida que trajo 130 reses, que apenas bastaron para dar escasamente [2] a las tropas la ración que no habían recibido ayer y para media ración de hoy. La falta de [3] caballos para montar nuestros enfermos [4] me ha obligado a disponer que marche el hospital en la flotilla que sale hoy para el Caujaral [5] con el doloroso [6] desconsuelo de no llevar la carne necesaria [7] para su mantención en el tránsito.
Yo marcharé mañana con el ejército, que no ha sido posible mover hoy por haber perdido todo el día en la distribución de los caballos. Creo que con éstos tendré que marchar muy lentamente para que no se cansen todos, y aun así temo que la mayor parte de los oficiales y soldados lleguen con las sillas en la cabeza, si en el tránsito no recibo alguna otra remonta, aunque sea para reponer los que vayan quedando cansados [8] Remítame, pues, V.S. alguna otra partida que venga a encontrarme en el camino; pero sobre todo envíeme el ganado necesario para mantenemos [9].
Además de estos auxilios, remitirá también V.S. a la mayor brevedad doscientos caballos e igual número de reses al cargo de un oficial de confianza, para que venga a esperar aquí con ellos una división de 700 hombres entre caballería c infantería que queda todavía por la espalda a las órdenes del señor Coronel Sánchez [10] y que debe llegar dentro de dos o tres días a más tardar. El oficial que V.S. elija vendrá advertido de que observe cuando empiece a pasar el Orinoco la división, para prestarle los socorros que necesite, sin perder un momento. Recomiendo muy encarecidamente a V.S. la prontitud en [11] la ejecución de esta orden.
Inmediatamente que llegue al Caujaral la flotilla hará V.S. desembarcar lo que lleva a su bordo, y que cargada de nuevo con los víveres de pan y carne salada [12] que se han pedido para la escuadrilla, regrese a incorporarse con ella en las Rocas del Arauca, donde queda aguardando estos auxilios y los hombres que también pedí antes a V.S. para tripularla. Sin esto es imposible que [13] se exponga ella a un encuentro con el enemigo ni que nos preste cooperación alguna por el río. Si no hubiere pronto los marineros que reclamé en mis anteriores comunicaciones, hará V.S. que vengan siquiera los que puedan conseguirse de pronto. Hombres que sepan remar o llevar un canalete no deben ser escasos en esta Provincia, donde la abundancia de ríos enseña a todos desde la más temprana edad a manejar una canoa.
Cuento con que a mi llegada a Payara [14] no faltará nada para emprender la marcha en el acto en que se disponga, y confío en que no encontraré ya ahí la flotilla, que debe regresar inmediatamente con los víveres y hombres que pueda traer a su bordo, debiendo los demás hacer su marcha por tierra.
La noticia de haber arribado a nuestras costas una nueva expedición española se ha confirmado. El señor Coronel Sucre [15], Jefe del Estado Mayor de la División que obra sobre Cumaná, me la participa con fecha de 1º del corriente y se refiere a los partes y detalles que me ha dirigido sobre ella el Exmo. señor General Arismendi [16] desde Margarita, los cuales no han llegado aún a mis manos. Es este el cuarto conducto por donde he recibido la misma noticia, y todos unánimemente convienen en que las fuerzas de la expedición son 3.500 hombres, que vendrán marchando sobre Calabozo si no hubieren llegado ya.
Dios, etc.
[BOLÍVAR]
* Del copiador. Archivo del Libertador, vol. 24. fol. 234-235. Escrito de letra de Briceño Méndez El destinatario es el General de Brigada José Antonio Páez. Sobre las características del cuaderno copiador véase la nota principal del documento. Nº 2559
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