El Rosario de Cúcuta, 25 de junio de 1820.
A S.E. el General F. de P. Santander.
Mi querido general:
He recibido ayer su apreciable de 14 del corriente en que me habla de muchas cosas buenas y de una mala. Por las buenas doy las gracias, y de la mala voy a hablar. El batallón de Bogotá dice Vd. que se ha disminuido mucho, por las bajas de enfermedades, deserciones y otras pequeñas causas. Siento infinito que esto sea así, porque esperaba que Vd. me mandaría muy pronto 1.000 hombres por lo menos, disciplinados y equipados, como yo lo deseo. Sin embargo, no dudo que Vd. llenará mis esperanzas con un batallón magnífico, puesto en Cúcuta a fines de agosto con 1.000 hombres por lo menos, y completo con todo su equipo; pues es indispensable comenzar la campaña muy temprano, porque los ingleses de Apure apuran. Sobre esto no hablaré a Vd. más porque cuento con su eficacia y extraordinaria energía.
El batallón de Tunja ha sufrido mayor pérdida aún con las calenturas y peste: el de Vargas con las deserciones; por lo mismo es necesario hacer nuevos esfuerzos.
La plata todavía no ha llegado, ni sé cuándo llegará.
Los libertos que vengan derecho aquí, porque si yo no los hago disciplinar no se disciplinan nunca. Recomiendo de nuevo el envío de los 300 hombres a Córdoba para que se levante el regimiento de caballería de Antioquía; lo mismo hago con los 300 que he pedido para la Guardia de los pastores del Cauca y de Neiva. Perdone Vd. esta infracción del tratado de rayar lo discutido. Me gusta mucho el decreto al abogado defensor del cura de Antioquia: es digno de Federico.
El mosca Rodríguez, Urdaneta y otros semejantes merecen que los encierren en una cárcel hasta que se acabe la revolución. Haga Vd. fundar un hospicio para semejantes hombres y que se llene, que no le faltarán candidatos. Celebro mucho que Flores esté encargado de la instrucción del batallón Bogotá. El vale más que sus jefes naturales, y aun diré más: éstos no valen nada y bien merecían ir al hospicio, uno por chismoso y otro por borrachón.
Lo del padre Florido es de su temple: este padre es de la naturaleza de Ornar, eléctrico y fantástico, pero ilustrado, patriota y creo que bueno.
Urdaneta confirma el regreso de la columna de La Torre que iba para Maracaibo. Parece que se ha devuelto porque supo la derrota de los compañeros en Laguna Salada. Yo espero a Montilla en Maracaibo o a Lara antes de un mes. Es imposible que uno de los dos no tome esta ciudad.
Nuestra marcha a la Grita ha sido sin novedad; trayéndose 200 personas que dan algunas noticias interesantes.
Maza debe tomar a Mompox, luego, luego; y si no pudiere debe reunirse con Córdoba para ejecutarlo; aunque sea teniendo que pasar por delante de Mompox, que en el día ninguna gran dificultad hay para ello. Ordénelo Vd. así a Maza, y añádale que se debe aprovechar de nuestras ventajas, del desaliento de los enemigos y de su actual timidez; que adelante terreno cuanto le sea posible y que en todo caso se apodere de toda la ribera de Santa Marta, que me parece más fuerte para nosotros que la de Cartagena. De todos modos, las fuerzas del Magdalena y Cauca deben reunirse y obrar de firme con audacia en el plan y con prudencia en la ejecución, que es mi máxima favorita en el día, para que la sigan los cuerpos secundarios del ejército. Sólo yo debo tener prudencia para todo, todo, todo, para no exponerlo todo, todo, todo. Escriba Vd. esto mismo a Córdoba muy latamente, que yo no dejaré de hacerlo por esta parte.
Necesitamos con urgencia de muchas cartucheras, pues hay mucha falta de ellas en la Guardia, y que vengan directamente aquí, pues ya Briceño estará en marcha cuando Vd. reciba esta carta.
Por aquí se está trabajando en construir tenerías, pero este expediente es tardío en sus efectos.
Celebró mucho que Valdés vaya sin novedad. Lo que yo deseo es saber cuáles son las propiedades que Vd. quiere que se le adjudiquen. El modo yo lo sabré adoptar.
Soy de Vd. de corazón.
BOLÍVAR
* De un impreso moderno. Simón Bolívar, "Obras Completas", tomo I, págs. 460- 461.
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