Cuartel general en Cali, a 9 de enero de 1822, 12º.
Al Excmo. señor Director Supremo de Buenos Aires .
Excmo. señor:
De cuantas épocas señala la historia de las naciones americanas, ninguna es tan gloriosa como la presente, en que desprendidos los imperios del Nuevo Mundo de las cadenas que desde el otro hemisferio le había echado la cruel España, han recobrado su libertad, dándose una existencia nacional. Pero el gran día de la América no ha llegado. Hemos expulsado a nuestros opresores, roto las tablas de sus leyes tiránicas y fundado instituciones legítimas: más todavía nos falta poner el fundamento del pacto social, que debe formar de este mundo una nación de Repúblicas.
V. E., colocado al frente de las Provincias Unidas del Sur, está llamado por una suerte afortunada a sellar con su nombre la libertad eterna y la salud de la América. Es V. E. el hombre a quien esa bella nación deberá en su más remota posteridad, no solamente su creación política, sino su estabilidad social y su reposo doméstico.
La asociación de los cinco grandes Estados de la América es tan sublime en sí misma, que no dudo vendrá a ser motivo de asombro para la Europa. La imaginación no puede concebir sin pasmo la magnitud de un coloso, que semejante al Júpiter de Hornero, hará temblar la tierra de una ojeada. ¿Quién resistirá a la América unida de corazón, sumisa a una ley y guiada por la antorcha de la libertad? Tal es el designio que se ha propuesto el gobierno de Colombia al dirigir cerca de V. E. a nuestro Ministro Plenipotenciario senador Joaquín Mosquera.
Dígnese V. E. acoger esta misión con toda su bondad. Ella es la expresión del interés de la América. Ella debe ser la salvación del Mundo Nuevo.
Acepte V. E. los homenajes de la alta consideración con que tengo el honor de ser de V. E. su atento obediente servidor.
BOLÍVAR
* De un impreso moderno. "Cartas del Libertador". (Fundación Lecuna), tomo III, págs. 183-184.
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