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DOCUMENTO 6549. CARTA DE BOLÍVAR PARA SANTANDER, FECHADA EN CALI EL 5 DE ENERO DE 1822, EN LA CUAL LE AVISA SU LLEGADA A CALI, SE REFIERE AL ESTADO DE LAS COSAS EN GUAYAQUIL, A LA CONTRATA CON HENDERSON Y A ALGUNOS OTROS PORMENORES.*

Cali, 5 de enero de 1822.

Mi querido general:

El 1° llegué a esta ciudad después de haber pasado por Caloto, donde encontré al general Torres con 900 infantes y 700 enfermos. El comandante París con 200 hombres había ido a Popayán a ocupar aquella ciudad. Noventa Guías que he encontrado en estado de servicio los he destinado a conducir la recluta que se haga en los pueblos. He ordenado que se tomen mil hombres para completar los batallones Bogotá y Neiva; de éstos, 300 serán esclavos, que deberán pagarse con fondos de manumisión.

El clima y la escasez de todo me han persuadido que iba a perder esta división, mientras venía la otra: sin duda este cálculo es exactísimo. Para asegurarlo la he mandado a Guayaquil en los buques que estaban aquí preparados; y espero que se aumentará con los reclutas del Cauca. El general Torres marchará dentro de tres días a embarcarse llevando consigo doscientos reclutas y una escolta.

El estado de las cosas con respecto a Guayaquil y con respecto a la marcha por Pasto me ha determinado a llevar la Guardia a Guayaquil dejando una columna en Popayán que tome a Patía y a Juanambú, cuando llegue el caso. La campaña principal se hará por Guayaquil, si vienen buques para llevar la Guardia; y si no se hará por ambas partes a la vez, en el mes de abril, que ya es verano en Guayaquil. Por de contado que el general Sucre tome a Quito y por de contado que los de Pasto no me batan. Pero si vienen los buques, como lo espero, todo se hará perfectamente. Con mil hombres que me tenga el general Sucre reemplazo los enfermos que yo pueda tener: me ahorro de los desertores que no tendré y llevaré a Quito cuatro mil hombres a mediados de abril. Todo esto me parece muy probable.

Sepa usted que sólo de este modo podemos formar un ejército capaz de asegurarnos la victoria: todos los caucanos desertan y todos los demás desertan, enferman y mueren. Esto es peor que Venezuela: de los tres mil reclutas últimamente venidos sólo seiscientos enfermos han podido entrar en las filas; los demás han desaparecido por las causas dichas.

Las cosas de Guayaquil exigen mi persona con la Guardia; aquél es un caos de ingratitud y mala fe. Lord Cochrane parecía pronto a servirnos pero el gobierno de Guayaquil lo ha disuadido de este designio. Sólo Olmedo es bueno, pero sin autoridad para nada. Yo he tomado mi partido, y les he escrito, como usted verá por las comunicaciones, lo que hace al caso. Sucre está autorizado para obrar abiertamente si aquellos señores se oponen a mis órdenes. Las razones de política que nos autorizan a exigir la reunión a Colombia están consignadas en mis cartas y notas. He reservado las más graves para nuestras réplicas.

He mandado cumplir a Muñoz la contrata con Henderson, porque me ha parecido justo no perjudicar a un hombre que ha padecido muchas pérdidas por venir a servirnos; y que si formalmente no está entregada la corbeta, realmente está en poder del general Sucre; este es el espíritu y la letra de la contrata. Además las infracciones de los agentes de un gobierno en caso semejante, corresponde a dicho gobierno la indemnización. Guayaquil está en este caso, y yo considero a Guayaquil perteneciente a Colombia.

Nada he sabido ni sé de la última correspondencia que vino de Guayaquil para mí, porque pasó por Quindío a tiempo que yo venía por Pitayó: así, usted estará mejor instruido que yo de aquel país y del armisticio. He mandado llamar al comandante Obando de Patía para tratar con él sobre el armisticio en los puestos avanzados, a fin de evitar a Popayán molestias hasta que venga la Guadia que debe reforzar su guarnición. El pretexto será esperar en paz el resultado de la comisión del coronel Castillo y examinarlo a él para conocer su verdadera opinión, pues ha dicho que es ya patriota.

Sin duda la comisión de Castillo no debe tener mal efecto porque al firmar el armisticio Aymerich se ha resuelto a quedar en la inacción mientras tomamos el Istmo, reforzamos a Guayaquil, y lo ataco con la Guardia. Todo esto lo sabía él, muy abultado.

La expedición del Istmo por esta parte no se hará tan pronto, a menos que el Lord Cochrane no tome las dos fragatas de guerra que están en Panamá. En este caso se harán inmediatamente, pero por allá debe hacerse siempre aunque se pierda, pues hay el recurso de hacerla yo después con fuerzas muy superiores.

Mando para allá mis caballos y muías para que usted tenga la bondad de hacérmelos cuidar.

Nada he sabido de Lara y de Salom; ni del parque ni de ustedes, de doce días a esta parte.

Adiós, mi querido general; soy de usted su amigo que lo ama de corazón,

BOLÍVAR

P. D.—Muchas expresiones al general Urdaneta, que le deseo muchos alivios.

* De un impreso moderno. "Correspondencia dirigida al General Santander", volumen II, págs. 283-285.

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