Cuartel general del Rosario de Cúcuta, a 19 de junio de 1820.
Al señor general Santander.
Mi querido general:
Qué amable es la carta de usted del 5! no porque me habla de los 60.000 pesos ya marchantes, pues éstos siempre los esperaba al través de todas las dificultades: no obstante los agradezco infinitamente. Mas sabe usted lo que me gusta de su carta? Es el buen humor que reina en ella. Yo no he querido decir que Cundinamarca acaba con el ejército. Estoy seguro de que he querido decir lo contrario; porque estoy seguro de que esta es la verdad, porque soy justo, y porque soy minentemente agradecido, aunque sea de una alabanza insoportable lo que acabo de decir.
Al Escriba lo aborrezco ya de muerte, no sólo porque tiene un nombre de los contrarios a Jesús sino porque me ha tocado a los reinosos por los cuales he tenido, tengo y tendré, pasión toda mi vida. No sé si esto lo creen todos, tampoco sé si usted lo cree, pero sé que lo creo firmemente.
Hay un buen comercio entre usted y yo; usted me manda especies y yo le mando esperanzas. En una balanza ordinaria se diría que usted era más liberal que yo, pero esto es un error. Lo presente ya pasó, lo futuro es la propiedad del hombre; pues éste vive lanzado en la región de las ilusiones, de los apetitos y de los deseos ficticios. Pesemos un poco lo que usted me da y lo que yo le envío. Cree usted que la paz se puede comprar con 60.000 pesos? Cree usted que la gloria de la libertad se puede comprar con las minas de Cundinamarca? Pues esta es mi remisión de hoy. Vea usted si tengo buen humor.
De corazón,
Bolívar
* De un impreso moderno. "Correspondencia dirigida al General Santander", volumen II, págs. 174-175.
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