Popayán, 28 de noviembre de 1829.
Al Excmo. Señor General Rafael Urdaneta.
Mi querido general:
He recibido la apreciable de Vd. de 15 de noviembre y contesto que todo va bien por allá y por acá.
Devuelva Vd. los milicianos a su país que yo he remitido un batallón a Antioquia y dos para Bogotá.
Lo del Chocó se acabó.
Me parece muy bien que Vd. entregue el ministerio, como se ha ordenado, al general Herrán, tanto para estar expedito para desempeñar las funciones de legislador, como para renunciar enteramente ese destino, pues Vd. dice bien que ni Vd. ni yo debemos seguir más en el gobierno estando nuestro honor comprometido y nuestro reposo también.
Esto es hecho y decidido: reciba Vd., pues, la enhorabuena con anticipación. Podrán preguntarnos que qué haremos después, a lo que contestaremos que gozar de nuestro honor indignamente atacado, y vengarnos de nuestros enemigos en medio de la alegría que les causará nuestra separación: nunca será mayor que la nuestra.
Yo creo que el señor Castillo debe quedar encargado del ejecutivo desde el momento que se instale el congreso, hasta que este cuerpo nombre un nuevo presidente; para esto es indispensable que desde luego se determine los que quedan en el ministerio a fin de que se encuentren, desde luego y con tiempo, sobre el nuevo consejo.
Todo esto deben Vds. arreglarlo allá amigablemente y como debe ser, contando para ello con mi consentimiento.
He mandado que el consejo presente al coronel Urdaneta, porque estoy cansado de hacer generales ineptos cuya promoción me compromete con oficiales de mérito.
He mandado a la Secretaria General que cese sus trabajos, y que en adelante remita todo al consejo para su resolución.
Si el señor García del Rio no entra en el congreso por el señor Castillo, deberla encargarse interinamente del ministerio del señor Vergara.
El general Sucre y los diputados del Ecuador llegarán dentro de pocos días aquí, pero el tiempo está tan malo y los bagajes tan escasos, que no sé como seguiremos para adelante. Entre otras causas por ésta pienso marchar por el Cauca, más la principal es el deseo que tienen esos habitantes de verme y pedirme gracias que yo les daré con gusto.
He encontrado aquí la "Cuarta Meditación" del señor García del Río. Obando y sus amigos la han aplaudido mucho porque no es poca ventaja.
Me ha parecido bien el proyecto de constitución de "El Eco", que, con algunas mejoras, sería útil adoptarlo, y quizá se adoptará.
Aunque las provincias del Sur y otras quieren monarquía, no tenemos sujeto; más fácil es nombrar un presidente que un príncipe. Cuente Vd. con que yo no seré ni uno ni otro, y el 1º de enero se acabarán mis funciones suceda lo que sucediere, reúnase o no el congreso.
Mientras tanto, mi querido general, soy de Vd. de corazón.
BOLÍVAR.
P. D. Mucho siento la muerte de mi grande amiga.
* Cedo la pensión a Mariano.
Esta carta fue reproducida en las "Memorias de Urdaneta", p. 552, suprimiéndole el párrafo referente al coronel Francisco Urdaneta, ascendido en esos días a general de brigada.
* La señora Genoveva Ricaurte de París, tía de Antonio Ricaurte.
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