Popayán, 28 de noviembre de 1829.
Al General Pedro Alcántara Herrán.
Mi estimado general:
He recibido el impreso del señor Rufino Cuervo, que me parece en muy buen sentido. Yo le doy la enhorabuena por el servicio que acaba de hacer a la patria. También el de García ha obtenido mucho aplauso de los más liberales de aquí.
Yo no puedo disponer de la legación de Holanda porque ya está dada a R. Arboleda, que parte para Europa pronto; además de que aquí necesitamos a Cuervo para veinte cosas; después será mejor su viaje.
Ya mando de nuevo a entregar a Vd. el ministerio de guerra, y a Cuervo lo propongo para otro destino al consejo. Vd. lo sabrá si lo admiten.
La opinión de todo el país está muy buena.
Viene Sucre y los otros diputados del Sur. Pronto tendremos congreso.
Yo me voy para el Cauca, que me desea con ansia para pedirme gracias y yo para dárselas por su noble conducta.
Mucho celebro que Vd. esté contento con su nuevo destino.
Diga Vd. al general Vélez que no he contestado su carta, porque no sé cómo darle gusto sin comprometer el tesoro, que se halla muerto; que piense otro arbitrio menos chocante y que yo estoy también ocupado en encontrarlo para servirlo como lo necesita y yo lo deseo de todas veras, pues merece eso y mucho más el pobre y heroico general.
Soy de Vd. amantísimo amigo.
BOLÍVAR.