Boletín del Ejército Libertador de Venezuela.
N° 45.
Los movimientos del enemigo en la tarde del día de ayer, reuniendo en sus alturas todos sus destacamentos que tenía en Paya, Turmero y otros puntos, anunciaron al Libertador que debía verificar hoy su ataque. En efecto, al amanecer descendió una partida de infantería y caballería española, que pasando por la derecha de este pueblo, marchó a atacar por la espalda al Calvario; al tiempo que a nuestra izquierda, bajando por el cerro que llaman de los Cucharos, media legua distante de nuestro centro, fueron a ocupar igualmente por la espalda las alturas más elevadas, que dominan la casa de Ingenio; y por donde cargó la mayor parte de su fuerza de infantería y lanceros. Este fue el punto sobre el cual acometieron con más vigor los enemigos, que habiendo logrado entrar en él, pudo toda su caballería avanzar hacia nuestro centro por el camino de La Victoria; y se principió entonces un fuego vivo y general, pero el más obstinado. El empeño de los españoles por forzar nuestra ala derecha y centro, fue terrible. Una parte de su infantería de la casa de Ingenio, por las alturas de la espalda, combinada con su ala izquierda, que pasó por la derecha del pueblo, rompieron el fuego sobre nuestra ala derecha, o posición del Calvario, mandada por el Teniente Coronel Ramón Ayala [1]; y la otra parte con todo el grueso de su caballería, y sus cazadores que se acercaron por la falda del cerro, vinieron con desesperación sobre el lado de nuestro centro que mira hacia el Ingenio. Pero si esta operación de los enemigos fue temeraria, la resistencia de nuestra línea fue la más esforzada. Dos piezas de artillería, servidas maravillosamente, y que mandaba el intrépido Coronel Lino de Clemente [2], le causaron un estrago espantoso, obligándole a huir precipitadamente por tres veces. El voluntario Camejo dirigió con audacia y acierto muchos tiros de metralla hasta que fue gravemente herido. El fuego, que había empezado a las ocho de la mañana, se sostuvo con la misma furia hasta las cinco de la tarde, en que los Capitanes Pedro Salias [3], Ignacio Luque [4], Antonio Carrillo [5], y Miguel Borras [6] treparon valerosamente a las alturas, que había ocupado el mismo Boves [7]., y que disputó tres veces perdiéndolas y tomándolas alternativamente; pero al fin fue destrozado y perseguido con encarnizamiento. Volvimos a ocupar la casa de Ingenio, haciendo multitud de prisioneros, y tomando un gran número de fusiles y algunas municiones. Esta operación fue dirigida al fin por el Mayor General interino de la izquierda, Tomás Montilla [8]. Un movimiento oportuno en este instante, de la línea del centro a derecha e izquierda, decidió la victoria; y la caballería, los infantes, y los lanceros españoles, dispersos y envueltos por todas partes, huían velozmente, o cubrían con sus cadáveres el campo de batalla. El enemigo, que se había hecho fuerte en algunas casas del pueblo hacia nuestra derecha, fue expelido de ellas pie a pie por una partida de bravos infantes a las órdenes del Teniente Coronel Ramón García de Sena [9]., y en que se distinguió el Capitán de la Unión Pedro Alcántara Mantilla [10], destinado a ejecutar esta operación; y que estaba aún enfermo de una herida en la acción del 28 del pasado. Asimismo es recomendable el entusiasmo del Capitán Pedro Salias, que perseveró en el fuego no obstante haber recibido una contusión desde el principio del choque.
La pérdida del enemigo ha sido inmensa; pues sin contar los dispersos ha tenido más de ochocientos hombres entre muertos y heridos. La nuestra no pasa de noventa entre muertos y heridos. De los primeros lo han sido el Capitán de la Unión Ricaurte [11]., que hizo solo frente al enemigo en nuestra ala izquierda; y que rodeado por todas partes, no pudiendo salvar los pertrechos, los incendió, y voló con ellos para que no se aprovechasen los contrarios; el Teniente Manuel Landaeta, de Valerosos Cazadores, que se batió en este día con el ardor que le ha distinguido en todos los combates; el Teniente Elguero, del primer Escuadrón, el Subteniente Gaicano [12], de Valerosos Cazadores, y el Subteniente Atanasio Isturriaga, de Defensores de Caracas. De los segundos, lo han sido el benemérito Comandante de Soberbios Dragones, Mateo Salcedo [13], al desalojar a los enemigos de la altura más inexpugnable; el primer Edecán del General Libertador, Capitán Rafael Páez [14]; el Teniente Arraiz, del 5° de la Unión; el Teniente Carreño, del tercer Escuadrón; el Ayudante Casanova, y el Subteniente Núñez, de Soberbios Dragones; el Subteniente López, de Defensores de Caracas; los Subtenientes Longares y Brillet, de caballería y el Ayudante Encinoso [15]., de Defensores de Caracas, levemente.
En la referida casa del Ingenio se encontraron degollados por los enemigos en las pocas horas que la poseyeron, los hombres, mujeres y niños, hasta los recién nacidos, que se habían refugiado en ella. No hay un soldado del ejército que no lo haya visto, y ha encendido en todos el deseo de vengar estas inocentes víctimas.
Jamás ha habido acción más reñida en Venezuela, ni más fuerte para las armas de la República; pues debilitadas nuestras fuerzas con la División destinada al Tuy, eran muy inferiores a las españolas, principalmente en caballería; y por consecuencia no la [ha] [16].habido más gloriosa; y tanto más, cuanto que se ha destruido en ella al malvado Boves.
Cuartel General Libertador de San Mateo, marzo 25 de 1814. 4° y 2°.
Por el Mayor General,
ANTONIO MUÑOZ TEBAR.
Secretario de guerra.
* De impresos de época coetánea. Para la fijación de este texto se han tenido en cuenta las siguientes fuentes: a) La hoja suelta impresa en Caracas, en la imprenta de Juan Baillío, impresor del Gobierno; y b) La inserción del texto en la “Gazeta de Caracas”, N° 54, correspondiente al día jueves 31 de marzo de 1814. La Comisión Editora no ha podido examinar el original manuscrito del documento.
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