Samborondón, 20 de junio de 1829.
Al señor Dr. José María del Castillo Rada.
Mí querido amigo:
He recibido la última apreciable de Vd. del 15 de mayo, que, como siempre, me da una inmensa satisfacción cada carta suya.
Todo lo que Vd. me dice sobre relaciones exteriores y gobierno me parece admirable, y me hace arrepentir de haber dado a Vd. un mal rato con mi anterior de Riobamba, tanto más cuanto que sólo se me exige que yo apruebe lo que haga el congreso constituyente; y ofrezco hacerlo de todas veras, siempre que la representación nacional no se muestre facciosa y que la nación apruebe sus deliberaciones.
Cuando Vd. reciba esta, ya estará al cabo de las ocurrencias de Piura entre Gamarra y La Mar pues las comunicamos al Ministerio antes de marchar de Baba y al momento que se supieron. Sin embargo repetiré que La Mar fue depuesto de la Presidencia y remitido a Guatemala y que Gamarra ha tomado el mando del Perú esto es ciertísimo y se añade que el primero hizo su renuncia, mas no sabemos ante quien, ni quien lo ha reemplazado en la presidencia también Necochea en Guayaquil ha dejado el mando y se debe haber marchado con sus Edecanes y otros jefes dejando la plaza en manos del Coronel Benavides, muy de mi devoción acabamos de saber que ha salido Necochea de Guayaquil el 17, con siete jefes mas, por enemigos de Gamarra . Este General unido al General La Fuente que está en Lima, trabajan de acuerdo para apoderarse del Gobierno y lo ejercen en realidad. El Perú se encuentra con este motivo en una perfecta anarquía.
Con respecto a este departamento, todo va muy bien. Nosotros ocupamos este punto que guarnecían los peruanos con 800 hombres; y a pesar de que no quisieron defenderlo, perdieron 150 hombres, entre muertos, heridos y dispersos.
Ayer mandé una intimación a la plaza para que se rindiera, y ha dado la respuesta más satisfactoria, ofreciendo hacerlo, pero decorosamente y por los términos regulares, convidándome a un armisticio previo, para mandar a Piura donde Gamarra, que tiene los mismos sentimientos pacíficos que yo. Pienso acercarme mañana a la ciudad para estrecharlos más y cubrir todos los puntos importantes. Entonces mandaré un parlamentario donde Gamarra y suspenderemos las hostilidades por algunos días, mientras que se toma la ciudad, para después tratar de la paz. Yo diré a Gamarra que no oiré proposición alguna mientras esté ocupada alguna parte del territorio de Colombia; y que, en este caso, continuaremos las hostilidades hasta donde el deber nos mande. Yo espero que todo se hará lo mejor posible y que ellos dejarán el país. El estado del Perú es demasiado deplorable para que no sea asi, y la opinión por mi se aumenta allí cada día más. Solivia está gobernada por Santa Cruz y los bolivianos son nuestros amigos. Con esto y los mil accidentes que nos favorecen, todo va a las mil maravillas; lo que debe ser muy agradable a Vd. y a todos los amigos interesados en la salud de Colombia.
He sabido que ha habido una asamblea de hombres selectos, para tratar de la opinión que se debe formar, para inspirar a los representantes del pueblo en el congreso. Parece que todos fueran vitalicios y yo deseara que hubiera un senado hereditario como el que propuse en Angostura, incluyendo los arzobispos y obispos. En vano tendremos un buen poder ejecutivo si el legislativo no le ayuda.
Mi opinión sobre gobierno es que el ejecutivo y el legislativo de Bolivia sean los modelos de nuestra nueva forma; no porque sea obra mía sino porque concilia muchos intereses. Además tiene el mérito de ser ya conocido este sistema, y de haber sido bien recibido en aquel país, puesto que el pueblo lo ha restablecido, burlándose de los enemigos que fueron a destruirlo. En fin, yo no me empeño en esto; pero digo lo que siento, porque en tales ocasiones es menester que un hombre diga con franqueza sus opiniones.
Es muy posible que yo marche para allá a fines de este año y si no lo hiciere, creo que no será indispensable mi presencia, siempre que los Diputados de la Nueva Granada no sean malos, pues los del resto de Colombia seguirán las huellas de los del Centro. En el Sur hay muy buena opinión y si alguno sale enemigo, o no irá o no hará nada. Por esta parte es tal el espíritu de enemistad al Congreso y los demagogos, que la provincia del Chimborazo me ha nombrado Emperador, negando sus votos para las elecciones al Congreso. Yo les he mandado, sin embargo que las hagan y les he devuelto sus actas sin leerlas.
Acabamos de saber que a los señores Icaza, Lizárraga y veinte ciudadanos más de la mayor importancia, los han puesto presos, por atribuirles una conspiración con los individuos de la Tercera división, que también han aprehendido; de suerte que Guayaquil está en la mayor consternación por una parte y otra. A un fraile lo tienen en capilla para ahorcarlo por la misma razón. Han pedido a la ciudad veinte mil pesos, y ha dado ocho; y la tropa quiere saquearla porque está miserable y no le pagan. Nosotros estamos en el mismo caso, pero no nos quejamos y estamos eminentemente alegres y unidos.
Soy de Vd. el más afectísimo amigo.
BOLÍVAR.
P. D. —A los pies de la señora.
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