Quito, 20 de mayo de 1829.
AL EXMO. SEÑOR GENERAL EN JEFE JOSÉ A. PÁEZ.
Mí querido general y amigo:
Aunque en este correo no me ha venido ninguna carta de Vd., ni de nadie de Venezuela, le hago la presente para participarle mi movimiento de esta capital y las noticias hasta hoy.
Pasado mañana me marcharé hasta Riobamba o más adelante. Mi objeto es acercarme más al ejército de Flores para dirigir las operaciones militares conforme a las circunstancias, y con inmediata presencia de ellas, pues deben terminar los negocios del Perú muy pronto, ya por la fuerza al llegar al Pacífico la escuadra, o ya por tratados, porque el señor Gual puede también hacer mucho en Guayaquil. Acaso haré algún amago por la frontera porque de Lima me han escrito encareciéndome mi aproximación y asegurándome que en aquel país sucederá lo que en Francia cuando apareció Napoleón. Todo anuncia una catástrofe en Lima; y todo me impele a aproximarme, como he dicho, al teatro de las operaciones para aprovechar lo que más, nos convenga; aunque no pienso volver a Lima personalmente, porque debo estar en Bogotá por agosto. Así lo quieren los ministros, todos los amigos, y así lo he ofrecido.
Nada tengo que añadir a lo que le dije en mi anterior. Bolivia sigue divinamente y Chile y Buenos Aires envueltos en anarquía y horrores, y el Sur de Colombia organizándose lo mejor que puede a pesar de la miseria, que es lo único que nos molesta. Cuanto tenemos de Europa no puede ser más lisonjero. La Francia se inclina a reconocernos. De Inglaterra me escriben con el mayor entusiasmo. Han visto con sumo horror la revolución del 25 y han tomado mi causa con interés colombiano; y todos manifiestan alguna confianza ya en favor de Colombia.
En este estado abro un parte que me da el comandante general del Azuay insertándome el que le dirige el gobierno de Loja participándole una revolución de Piura hecha por la fuerza armada y el pueblo a nuestro favor; y consultando si se les debe proteger por su provincia. Todo, todo va a las mil maravillas y estaría perfecto si estuviésemos menos pobres en estos departamentos.
Quedo de Vd. su amigo de corazón. BOLÍVAR.
Adición. —Que venga, que venga la escuadra porque nos importa sobre manera para dominar el Pacífico.
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