Angostura, 24 de octubre de 1817. Al General Monagas.
Acuso a V.S. el recibo de sus oficios de 17 y 18 del corriente fechados en el Pao [1]
Me es muy satisfactoria la noticia de que el Capitán Soriano [2] con más de 80 hombres han abandonado a los españoles, y se ha acogido a nuestras banderas [3]. Creo como V.S. que dentro de poco el resto de engañados que siguen nuestros opresores [4] seguirá el ejemplo de Soriano; pero esto será obra de la política y beneficencia del Gobierno. También me es muy agradable que V.S. haya tomado tanto esmero en reclutar a todos los que sean capaces de tomar las armas para incorporarlos a su Brigada. V.S., pues, será infatigable en esto, y en hacerlos disciplinar a mañana y tarde de modo que estén expertos en el manejo de las armas. V.S. recibirá muy pronto los fusiles necesarios para el Batallón, pues los espero de un instante a otro.
Se asegura que Morillo [5] ha evacuado a Caracas y La Guaira llevándose a Puerto Cabello la artillería de aquel puerto [6]. Creo fundadamente que antes de muy pocos días evacuarán la capital de esa Provincia [7]; entretanto V.S. debe continuar engrosando la Brigada de su mando, y poniéndola bajo el pie más respetable de fuerza [8], procurando atraer las partidas enemigas que obran por los pueblos de las cercanías de la capital; para obrar contra ellas, y contra la capital misma, luego que V.S. tenga fuerza que le aseguren del éxito [9].
Por fin terminó la guerra civil de Cumaná [10]. El General Piar [11], caudillo de ella, fue aprehendido el 27 del pasado, conducido a este Cuartel General, juzgado por un Consejo de guerra de oficiales generales [12], condenado a ser pasado por las armas y ejecutado en esta plaza el 16 del corriente a las 5 de la tarde conforme a ordenanza. El ejército de Cumanacoa [13] ha jurado solemnemente fidelidad y obediencia al Gobierno Supremo de la República, celebrando la acta de que incluyo a V.S. copia. Así es que el General Mariño [14], sin partidarios de su loca empresa, debe o alejarse para siempre del territorio de Venezuela, o si es aprehendido sufrir el castigo de sus crímenes. La República, [pues, no] tiene ya enemigos internos, y va a convertir toda su atención contra sus enemigos externos.
He tenido a bien promulgar la ley que incluyo [15], y que hará V.S. publicar en todo el territorio de la Provincia de Barcelona, en el ejército con toda la solemnidad de un bando nacional, en todas las partidas y destacamentos, y haciéndola penetrar hasta los enemigos. Esta ley, la más justa y la más útil, es el testimonio más auténtico de los principios eminentemente rectos y benéficos del Gobierno Supremo de Venezuela. Es el premio, es la recompensa de los que derraman su sangre por romper las cadenas que esclavizan la Patria, y es la que asegura a los militares después de tantos servicios una subsistencia para ellos, y su familia. Ya, pues, no habrá mendigos en Venezuela, todos serán propietarios. Todos tendrán un interés en la conservación, no sólo de su existencia sino de la de su propiedad.
Dios guarde a V.S., etc.
[BOLÍVAR]
* Del copiador. Archivo del Libertador, vol. 24, fols. 177v°-178. Escrito de letra de Jacinto Martel. Para las características del cuaderno copiador, véase la nota principal del Doc. N° 2166.