Angostura, 22 de agosto de 1818.
A los señores Ministros de las Cajas Nacionales de esta plaza.
Hoy he sido informado, y he sabido con el más profundo dolor, que tres de los enfermos del hospital han perecido de hambre. Es asombroso el abandono en que se halla éste y la indiferencia con que [se] [1] ve un establecimiento sagrado que en todas partes llama la primer atención. Uds. están encargados de la Intendencia, han [2] debido tomar todas las medidas, aun las más extraordinarias, para alimentar a los militares enfermos; pero desgraciadamente nada se hace en su beneficio. La carne que se les suministra es la peor y la más despreciable; las vacas destinadas para la leche están en secanos que nada producen; en fin, todo lo que tiene relación con el hospital está abandonado.
Es un cargo muy justo contra Vds. [3] no hacer venir de las Misiones, dulce, aguardiente, algún pan, café y otros artículos que suministra aquel Departamento para el hospital, y lo es también no imponerse diariamente de las necesidades del hospital y avisármelas para remediarlas.
Yo prevengo a Uds., bajo la más estrecha responsabilidad, del cuidado del hospital y que en el día traten de enajenar cualquiera de las casas del Estado aunque sea por la tercera parte de su valor, y que su producto sea invertido en alimentar a los enfermos del hospital militar; y que desde mañana se les suministre pan, tomándolo aunque sea a crédito mientras hay con qué satisfacerlo.
Dios, etc.
[BOLÍVAR]
De un copiador de Secretaría. Archivo del Libertador, vol. 103, folio 83 v° Escrito de letra de Jacinto Martel. Para las características del cuaderno copiador, véase la nota principa Idel documento n° 2.867 en el volumen XIII.