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DOCUMENTO 10760. CARTA DEL LIBERTADOR PARA EL GENERAL BARTOLOMÉ SALOM, FECHADA EN EL CUZCO EL 23 DE JULIO DE 1825, A TRAVÉS DE LA CUAL LE REMITE EL DESPACHO DE GE­NERAL DE DIVISIÓN; LE PIDE QUE ORGANICE UN ESCUADRÓN QUE ESTARÁ BAJO EL MANDO DEL TENIENTE CORONEL AN­DRÉS MARÍA ÁLVAREZ, Y PLANTEA FORMAR UN REGIMIENTO DE DRAGONES EN VENEZUELA.*

Cuzco, 23 de julio de 1825.

General Bartolomé Salom.

Mi querido general:

Supongo que estará Ud. en el Callao, o en vísperas de entrar, cuando llegue esta carta a sus manos. Por lo mismo mando a Ud. el despacho de general de división para que se ponga el uniforme encamado sobre el caballero del Callao, al acto de plantar la bandera del Perú. El despacho no lleva la firma del secretario porque el señor Espinar no parece aún.

He pensado que junto con el batallón de Araure, que debe llevar 1.000 plazas fuera de banda y oficiales, organice Ud. un escuadrón con soldados godos y aún algunos oficiales de los que deben caer en el Callao, y con los restos del regimiento de Dragones que debe licenciarse luego que se tome la plaza. Álvarez, [1] el teniente coronel, debe mandar este es­cuadrón, cuya base se sacará en cabos y sargentos y oficiales de la división de Colombia que está a las órdenes de Ud., sea de infantería o caballería; procurando que los cabos y sargentos sean suranos, y los oficiales, formales, jóvenes y que tengan decencia personal. Yo pienso que cada uno de los tres batallones lleve consigo un escuadrón de doscientas plazas, para formar en Venezuela un regimiento de Dragones. El escuadrón de Ud. debe llevar doscientas plazas, lo mejor compuesto y equipado que sea posible, con el mismo uniforme que tiene ese escuadrón de lanceros de Venezuela. Álvarez será el teniente coronel de ese regimiento de Dragones peruanos, y Paredes será el coronel. Procure Ud. no mandar ningún venezolano en la clase de sargentos y cabos, a menos que sea muy indispensable. Un regi­miento semejante debe ser muy útil en Venezuela.

Tenga Ud. la bondad de hablarle largamente al señor presidente del Consejo de Gobierno y de mostrarle mi carta si es necesario.

Ya he dicho a Ud. que en el mes de diciembre debe marchar esa columna del Callao, y así debe Ud. tomar sus medidas para que así se haga. Yo quiero que el general Carvajal vaya encargado de conducir esta columna hasta Venezuela, porque cuento con su celo, actividad y autoridad sobre dichas tropas: dígaselo Ud. así. Un buque de guerra debe convoyar esa expedición. Volveré a repetir a Ud. que le escriba al general Carreño para que tengan buques y víveres y esté preparado para recibir esos 4.500 hombres en todo el corriente de este año.

Tenga Ud. esta carta por una orden oficial, pues no quiero que corran por las secretarías estas cosas, que naturalmente son secretas, para impedir la deserción de los que deben embarcarse, para lo cual debe Ud. tomar medidas muy prudentes.

Deseo a Ud. tanta felicidad como a mí, reitero a Ud. mi amistad.

[BOLÍVAR]

P. D.: Recomiendo de nuevo la remisión de buques a Arica, en el mes de agosto para 1.600 hombres que deben bajar de La Paz y embarcarse en ellos en septiembre; y también la remisión de buques al puerto de Quilca para recibir a su bordo 1.500 hombres que deben bajar de Arequipa en octubre.

Si el comandante Izquierdo no da muestras de estar enmendado en la bebida, déjelo Ud. de segundo comandante de Caracas encargado del detal, y ponga Ud. de comandante de Araure al mayor de Caracas, o a quien Ud. quiera.

Mande Ud. a Andará a llevar el parte de la toma del Callao a Bogotá; y oficialmente recomiéndelo Ud. al ministro de guerra para que lo hagan coronel, y al general Santander escríbale Ud. una carta, de mi parte, sobre esto, recomendándolo para que lo hagan coronel, el cual puede mandar uno de los batallones que estén en el Sur de Colombia. Yo quiero mucho a ese pobre Andará y le deseo todo bien; pero aquí, en el Perú, no puede tener mando, porque estos señores son muy vanidosos y se paran en muchas sim­plezas. En Venezuela tampoco conviene para que no lo metan en alguna locura que le pese a él, y nos pese a todos. Si Ud. quiere puede decirle que yo lo nombro coronel y que mando la propuesta al Congreso para que la apruebe, la que no va ahora por falta de secretario, que espero de un mo­mento a otro, pues ésta falta en el congreso no se puede remediar, como se remedia la de Ud. aquí.

Adiós otra vez.

[BOLÍVAR]

No se canse Ud. de escribir a Carreño tres y cuatro mil veces, que haga construir grandes caneyes en lo alto de los montes para que aloje en ellos las tropas que van a pasar por allí. Dígale Ud. que, conforme vayan desembarcando, aunque sea en partidas, las vaya mandando a los altos; que no deben estar ni un día en Panamá ni en Chagres, sino en marchar a los montes y después a embarcarse. Dígale también que las cuide mucho; que estos soldados son serranos muy aguerridos y que se necesitan en su misma patria, Venezuela, para mantener el orden.

* De un impreso moderno: Simón Bolívar, Obras Completas, tomo II, pp. 180-182.

Notas

[1] Presumiblemente pueda tratarse de Felipe Álvarez.

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