Trujillo, noviembre 6 de 1820.
Al Excmo. señor Vicepresidente de Cundinamarca.
Ha aplaudido infinitamente el Libertador la adquisición de los elementos de guerra que conduce de Chile el mayor Muñoz [1], y aunque no han venido las contratas que éste haya hecho para obtenerlos, la consecución de las armas, etc., que puede necesitar a todo deseo el ejército del sur para poner en defensa el Chocó, adelantan nuestra conferencia por el resultado de su comisión, aunque sea preciso que V.E. tenga nuevos trabajos para los medios de satisfacerlos.
S.E. aprueba las medidas que V.E. ha tomado para que el parque se establezca en Cali [2], donde se revisen los fusiles, se construyan los cartuchos y se faciliten los repuestos al señor general Valdés. Este jefe puede ser auxiliado cuanto V.E. quiera y él apetezca para llevar al cabo las operaciones que le ha confiado el gobierno y que cada día conviene apresurar por mil razones. El armisticio parece que se concluirá y aun la paz, y es preciso haber ocupado a Quito, porque sin tenerlo en nuestro poder sería imposible que lo cediesen. Es sobre este objeto que S.E. hace las más encarecidas recomendaciones a V.E. porque tiene tanto interés en que la república se reconozca en toda su extensión, que está decidido a que si los españoles niegan cualquiera de los artículos del armisticio, negar también él la cesación de las hostilidades por el sur, convencido que es físicamente imposible que de Quito pueda hacerse resistencia al ejército del señor general Valdés, tan fuerte como es y como puede serlo.
Parece que la compra de los buques que ha hecho el mayor Muñoz es un comprometimiento al gobierno que V.E. mismo dice no puede desembarazarse. También los buques son demasiado grandes y más que no son necesarios. Si pueden devolverse mande V.E. que se haga, dejando los dos más pequeños, o uno que se crea preciso para guardar la costa del sur, porque la mantención de los cuatro nos causaría costos inmensos; pero si las contratas se hubiesen hecho de manera que no pudiesen devolverse sin un deslucimiento del gobierno, es menester que en el acto mismo se ocupen y salgan a quitar al enemigo con qué pagarlos y mantenerlos, o bien es necesario entrar en el proyecto de una pequeña expedición que tome o insurreccione a Guayaquil o Panamá, cuya expedición dirigirá V.E.
Dios guarde a V.E. muchos años.
El ministro,
PEDRO BRICEÑO MÉNDEZ
* De un impreso moderno. "Correspondencia dirigida al General Santander", volumen III, págs. 266-267.
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