Al subjefe del Estado Mayor General.
Ya he contestado a US. el contenido de su oficio número 16, y he recibido la información que en consecuencia de la posdata pedí a U.S., y que ha venido con un oficio número. . . que ha pasado al Estado Mayor de la Guerra para que se termine la sumaria a los Capitanes García y Elisechea. Las quejas del Gobernador de Pamplona contra este último han también pasado al Estado Mayor. También le he trasmitido al Comandante General de la Guerra la sumaria contra el Mayor Campos y el Oficial La Torre, que US. me remite para que a su llegada se sigan sus causas y se juzguen en Consejo.
Devuelvo a US. el estado de fuerza de la infantería y Dragones de Apure, que vino con el número 18. Nada se dice de la caballería.
También he contestado a US. parte de los números 19, 21 y 24. Está bien que vengan los fusiles ingleses sin bayoneta. Si no viniese el armamento nuevo en oportunidad, que vengan los de todas clases que haya, porque al fin servirán para armar la gente de estos países, por cuya razón ha de enviarse armamento sobrante al que trae en mano la tropa. Está bien que hayan pasado las cuentas del Capitán Urreta al señor Comandante General para su examen, etc., y se está en cuenta de las comunicaciones del Teniente Coronel Padrón, a quien siempre se repetirán las órdenes para el ganado. Sin embargo que se mandaron de Mérida comisionados para pasar el ganado de la serranía, también comprende este objeto la comisión del Mayor Segarra.
Muy buena es la disposición de dar al Comandante del Anzoátegui 200 pesos para los gastos extraordinarios: pasará cuenta de ellos al Estado Mayor de la Guerra por la Comisaría. Siente S.E. los pocos cartuchos que trae, porque estamos escasísimos de municiones cuando ya vamos a aproximarnos al enemigo: que vengan, que vengan cuantas se puedan de Guasdualito o de donde se consigan y a toda prisa, y los fusiles y la pólvora para foguear la tropa nueva, y los paños, y los sables, y los botiquines, que todo hace falta.
Quintuplique, sextuplique y septuplique US. si es necesario a los mismos individuos y las mismas órdenes que ha cuatriplicado y de que da aviso en el artículo 5° del número 24; pero lo que se haya convenido en el socorro de los hospitales está bueno. El Vicepresidente de Cundinamarca da cuenta de esta orden, que S.E. el Libertador aprueba, porque además considera ya gastados aquellos fondos.
Ha sentido el Libertador la demora que ha tenido el cumplimiento de la orden, para que por los fondos de diezmos se abone lo que sea necesario para el completo de los equipos de Tunja y Vargas. Se incluye una orden para el Vicepresidente de Cundinamarca, para que mande al Juez tenedor pagar las cantidades que US. le anuncie se hayan invertido en éstos. Cree, sin embargo, S.E. que el completo de los equipos no se haya retardado porque aquellos Gobernadores y Comandantes, estando seguros del pagamento, habrán procurado tomar lo necesario al cumplimiento de la disposición de US. del 20 del pasado. Dejo satisfecho el oficio de US., número 25.
Es ciertamente un desacierto que se mandara de sólo el batallón Bogotá el cuadro para el nuevo batallón de aquella capital, cuando la orden de S.E. fue que de todos los depósitos de Cúcuta se sacara este cuadro; pero si ya se ha ido de Pamplona está bien que siga. Cree S.E. que para hoy habrán sobradamente llegado las municiones que antes del 17 había mandado US. a buscar a Teteo, y que por consiguiente para mañana Bogotá se hallará marchando. Se anticiparán siempre los itinerarios a preparar en las jornadas las raciones: se dará la orden al Comandante para que las marchas sean lentas: que deje en los pueblos los enfermos que tenga y traiga consigo los estropeados y restablecidos de la Guardia, que están en el tránsito: que descanse en Mérida cuatro, seis u ocho días, según el estado en que estuviere la tropa. Se considera de hecho que US. habrá puesto a este batallón Oficiales de los que había allá, según expresa en su oficio número 26.
Dios, etc.
Trujillo, 31 de octubre de 1820.
PEDRO BRICEÑO MÉNDEZ
* De un impreso moderno. O’Leary, "Memorias"; tomo XVII, págs. 529-531.
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