Cuartel general de San Carlos, junio de 1821 [1].
REPÚBLICA DE COLOMBIA
SIMÓN BOLÍVAR
Libertador Presidente de la República, General en Jefe del Ejército, &, &, &.
(Excmo. Señor General en Jefe del Ejército Expedicionario de Costa Firme, don Miguel de la Torre) [2].
Excmo. Señor:
He sido informado con el mayor sentimiento que los pueblos de Caracas y sus inmediaciones han padecido trastornos espantosos al ocupar nuestras armas aquella ciudad. Tanto realistas como republicanos de corazón han fugado de sus casas contra toda probabilidad en circunstancias en que nuestra política justa y liberal parecía prometer a los pueblos fuertes garantías contra la persecución de los partidos. Yo, en vista de sucesos tan extraños, no he podido menos que sentir un vivo dolor por la parte inocente que tengo en estas últimas aflicciones de Venezuela, y por consiguiente me he creído obligado a calmar los espíritus por la proclama que tengo el honor de dirigir a V.E. [3], suplicándole al mismo tiempo se sirv.i mandarla publicar, siempre que V.E. esté animado de los mismos sentimientos que yo.
Aprovecho esta oportunidad para indicar a V.E. que la conducta del señor comandante Lorenzo es la más extraña y cruel, según se me ha informado por partes oficiales dirigidos desde Carora hasta las inmediaciones de San Felipe. Si los hechos de que se acusa a este señor son ciertos, como parece, el comandante Lorenzo merece un castigo ejemplar. El ha hecho asesinar a muchos individuos y mandado castigar atrozmente diferentes personas de todas clases y condiciones. V.E. me permitirá recomendarle este negocio, por la trascendencia que tiene sobre el honor de los contendientes, y aún más por el alivio de la humanidad demasiado consternada.
Siguiendo mis más cordiales sentimientos, ofrezco aún a V.E. un nuevo armisticio fundado sobre la más estricta equidad. Primero: durará el tiempo que transcurra su celebración y el resultado definitivo de nuestra negociación en España. Segundo: cada ejército beligerante conservará las posiciones que ocupe al acto de la ratificación del armisticio. Tercero: los países intermedios o abandonados se dividirán por iguales partes, o se dejarán neutros según las circunstancias. Cuarto: las líneas de demarcación se harán con generosidad por nuestra parte. Quinto: no exigiremos ningún sacrificio y, sólo sí para completar nuestro territorio podremos negociar algunas indemnizaciones.
Si antes fue la negativa de S.E. el Duque de Frías a nombre del gabinete de Madrid la causa de la ruptura de las hostilidades, en el día es una causa contraria la que me anima a esperar que la paz estará quizá concluida en este momento entre ambos gobiernos, habiendo recibido comunicaciones muy satisfactorias del señor Zea, nuestro enviado en Londres.
Acepte V.E. este último rasgo de mi amor a la paz, como una nueva prueba de los sentimientos de amistad que V.E. me ha inspirado, y de la repugnancia que hasta ahora me he visto forzado a vencer para emplear nuestras armas en adquirir la paz, y la amistad con España.
Dios guarde a V.E.
muchos años.
[SIMÓN BOLÍVAR]
* Archivo Nacional de Colombia, Secretaría de Guerra y Marina, torno CCCXXVHI (A, CCCXXVIII, 988-989, 996-998). T. XII, p. 233.